Los 26.000 euros de la multa se dividen en 1.000 euros por gastos médicos y 25.000 de indemnización por las consecuencias de la agresión que el turista sufrió

La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a un joven a 5 años de prisión y al pago de 1.000 euros por gastos médicos y 25.000 de indemnización por las consecuencias de la agresión que un turista sufrió cuando viajaba en el tranvía de Tenerife.
Los hechos tuvieron lugar a las 22:30 horas del 27 de enero 2024, a la altura de la parada de Guajara, cuando el agredido viajaba con su esposa.
La defensa del acusado alegó que no recuerda nada de lo ocurrido porque llevaba varios días consumiendo drogas y, además, padece una enfermedad psiquiátrica. Sin embargo, la sala descartó esta afirmación al considerar que su forma de actuar posteriormente demuestra que actuó de manera consciente.
Mantuvo también que en aquellos momentos no estaba tomando medicación, después de haber cumplido la mayoría de edad y salir de un centro en el que seguía un tratamiento, y pidió que se tuviera en cuenta que había depositado 300 euros antes de la vista.
Desarrollo de la agresión
La agresión tuvo lugar cuando el joven estaba con otros dos amigos y comenzó a preguntar a la víctima por qué lo miraba, a lo que éste no contestó, pero, al levantarse para ver cuál era la siguiente parada, el joven se acercó y le hizo una herida desde la oreja a la boca en el lado izquierdo de la cara.
El ataque tuvo lugar de forma, bajo su punto de vista, “con toda la intención, sin que lo hubiera provocado”, coincidiendo con el momento en el que se abrían las puertas del vagón en la parada.

A continuación el joven huyó por Las Mantecas y fue detenido horas más tarde en La Laguna tras recibir la policía la descripción del acusado a través de las imágenes obtenidas por las cámaras de seguridad.
La víctima recibió atención médica en la parada por parte de un sanitario que estaba en el vagón, y quien iba a Las Mantecas para ir a casa de unos amigos, viendo entonces al joven escondido en este lugar, por lo que avisó a la policía.
La perito que intervino en la vista indicó que, aunque la herida había causado un perjuicio moderado, tenía “gran importancia” dadas las consecuencias estéticas que serán muy difíciles o imposibles de reparar.
La cicatriz tiene una forma de “J”, mide ocho centímetros y tardó diez días en curar aunque, al ser turistas y regresar a su domicilio, la facultativa no pudo realizar un seguimiento a la sanación