Washington asegura que prefiere «una relación más estable y predecible», algo que, no obstante, «depende de Putin»
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha confirmado que Rusia no ha aceptado una invitación formal para la posible cumbre entre los presidentes de ambos países, pero que están en curso conversaciones para discutir la posibilidad.
Blinken, en una entrevista con CNN, ha asegurado que no sabe «si hay una aceptación formal, pero sé que estamos hablando de eso y hablando del momento de tal reunión».
Para el secretario de Estado, «es importante poder hablar clara y directamente con el presidente (Vladimir) Putin o, para el caso, con los líderes de otros países con los que tenemos diferencias significativas», algo con lo que el presidente estadounidense, Joe Biden, ha sido «muy claro».
Relación «estable y predecible»
También ha sido «muy claro» sobre que si Rusia continúa participando en acciones agresivas o imprudentes, «vamos a responder», aunque desde Washington prefieren «una relación más estable y predecible», algo que, no obstante, «depende de Putin. Si continúa participando en este tipo de conducta, le haremos frente y responderemos».
Sin embargo, «si elige no escalar la tensión, entonces creo que hay áreas en las que podemos trabajar juntos por nuestro interés mutuo compartido; por ejemplo, estabilidad estratégica», ha precisado Blinken.
Retirada de Afganistán
Otro de los grandes temas abordados durante la entrevista ha sido la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, sobre lo que Blinken ha considerado como «un escenario posible» que «no termine en una guerra civil o una toma de poder de los talibanes», en respuesta a la pregunta del periodista que hacía alusión a las palabras de la senadora demócrata Jeanne Shaheen.
Frente a esto, ha vuelto a insistir en que «mientras retiramos nuestras fuerzas, no nos retiramos de Afganistán».
«Seguimos profundamente comprometidos con la diplomacia, el apoyo al Gobierno afgano y su pueblo, el desarrollo, la asistencia económica, la asistencia humanitaria y el apoyo a las fuerzas de seguridad», ha añadido, para agregar que «hay diferentes actores trabajando para transformar esto en una dirección más positiva que negativa».
Política exterior en los 100 días de Biden
Por otro lado, un alto funcionario de la Casa Blanca ha abordado este martes los primeros 100 días de la Administración Biden en materia de seguridad nacional y política exterior, un ámbito en el que ha subrayado que Estados Unidos se enfrenta a una Rusia «cada vez más disruptiva» y una China «más asertiva», pero también a los desafíos de las fronteras, el cambio climático, la COVID-19 o la revolución tecnológica.
Respecto a Rusia, ha insistido que se mantendrán «conversaciones directas» con las contrapartes rusas «en los próximos días» y ha detallado que desde la primera conversación con Putin «nuestro enfoque se ha mantenido constante, y es que no vamos a rehuir».
«Hemos tenido claro que nuestro deseo es no escalar con Rusia (…) A dónde vaya esto a partir de aquí, hasta cierto punto, estará determinado por las conversaciones directas que tengamos con el Gobierno, incluida la posible conversación a nivel de jefes de estado», ha agregado.
Igualmente, ha reiterado que la relación «requerirá que Rusia tome medidas para reducir la situación». Hemos visto y expresado una gran preocupación por la concentración de fuerzas rusas en la frontera con Ucrania. Hemos visto en los últimos días, al menos algunos indicios, de que están buscando alejar a algunas de esas fuerzas de la frontera», ha continuado.
Por otra parte, ha destacado las manifestaciones de las autoridades estadounidenses sobre la represión de los uigures en la región de Xinjiang, en China, frente a la que Estados Unidos tiene una «ventaja» en su red de asociaciones y alianzas.
Al respecto, ha ahondado en la postura de lidiar contra estos frentes en «estrecha conjunción y coordinación con los aliados».
Recuperar el liderazgo mundial
Además, el alto funcionario ha incidido en que la Administración apuesta por «reconstruir en casa», pero también por «recuperar la posición de liderazgo mundial para ayudar a unir al mundo a abordar los desafíos compartidos» a través de asociaciones y alianzas que se han plasmado en reuniones como la mantenida con el primer ministro de Japón o el alivio de la tensiones comerciales con Europa, así como la vuelta al compromiso con la OMS o la celebración de la Cumbre del Clima, entre otros.
Asimismo, ha apuntado a las «elecciones disciplinadas» sobre las «prioridades» como «el fin de la guerra de Estados Unidos en Afganistán y la reducción de fuerzas allí» o medida para «poner fin al apoyo de Estados Unidos a lo que ha sido un conflicto desastroso en Yemen».