Poema de Tomás Morales «Preludio de sí mismo I» en la voz de Kiko Barroso. Grabado en el Faro de Maspalomas, en San Bartolomé de Tirajana, Gran Canaria.
RTVC realiza un especial dedicado a Tomás Morales con motivo de la conmemoración del centenario de la muerte del poeta.
Con el poema «Preludio de sí mismo I» Tomás Morales abre el libro segundo de «Las Rosas de Hércules«.
Poema de Tomás Morales «Preludio de sí mismo I»
Musa: Por el sendero florecido
vuelvo a buscarte al íntimo paraje;
para ti, en desagravio de mi olvido,
tímido portador, traigo un mensaje.
El te dirá mi vuelta a tu reposo
con ardimiento nuevo y nueva hornada;
y el cálido entusiasmo, y el miedoso
temor de hallarte esquiva a mi llamada.
Te dirá que el espíritu apocado
quiere volver a ser lo que fué un dla;
para labor de tu mansión, criado,
a prestar servidumbre en tu alquerla.
Que arrepentido ya, busca anhelante,
bajo tu protección, mejor empleo;
que el pasado vagar no fué bastante
a colmar la medida del deseo…
Me puso en derrotero el oleaje;
más que un alejamiento fué una huida;
no hubo en la expedición del largo viaje
ni la ternura de una despedida.
Iluminado de rubor interno,
me da vergUenza de la acción liviana
y vuelvo a ti, como al hogar paterno
el hijo, en la parábola cristiana…
Por exóticos lares atraído
me figuré en morada deleitosa.
Mi espíritu en pereza adormecido
era como una abeja silenciosa.
Enervado de pólenes florales
caza le dieron en floresta ajena;
se arregostó a la miel de otros panales
y el camino olvidó de su colmena.
Hoy que del vuelo indagador retorna
llora el afán que trajo la mudanza
y al buen trabajo, abandonado, torna
trémulo de inquietud y de esperanza…
Y ensancha de emoción al pecho ardido
la alegria del acto recobrado:
¡Dulce es la posesión del bien perdido,
cuando se daba por perdido, hallado!
¡Oh pensamiento mío aventurero!
¿Por qué estás, di, tan temeroso y mudo?
Tal un amante que al querer primero
vuelve otra vez, de otros cariños viudo.
¡Oh ensueño mío, servidor de antaño!
Tu antiguo brlo a la ocasión apresta,
y sírveme leal y bien: hogaño
mi casa inmaterial está de fiesta…
Ponle la vestimenta más lujosa,
que hay huéspedes que vienen de jornada
y he de ofrecerla limpia y olorosa
como para unas bodas arreglada.
Pon brezo perfumado en la glorieta y pámpanos de vid en los umbrales:
¡El hada inspiradora y el poeta
celebran unos nuevos esponsales!
¡Repican las campanas interiores!
¡Tiembla mi alma en tanto ardor confusa!
¡Sea esta gran renovación de amores
rehén de paz entre nosotros, Musa!
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