La cuchillería o la alfarería rescatan la labor artesanal de los primeros pobladores de las islas y se renueva con los productos de la tierra
Los artesanos son los guardianes del legado material de Canarias. Sus piezas reproducen elementos que utilizaban los aborígenes antes de la conquista.

Ganigos de Tenerife o las vasijas de la isla de La Palma, piezas diferentes según la isla que represente y el uso.
Según la alfarera, Isabel Miranda, para conseguir «el barro tiene que ir a buscar la tierra y trabajarla hasta conseguir una pasta con la que moldear cada una de las piezas». Finalmente, después de varias horas de trabajo, se pasa por el horno de leña.

Cada pieza es única
Las manos dan forma a unas piezas únicas, ninguna guarda similitud con la otra. En la cuchillería se trabaja con otro material, dando forma en cuernos de vaca. Todo elaborado a mano, con precisión y respetando cada elemento aborigen.
Los cuchillos canarios son de acero inoxidable y cada uno puede llevar una funda de piel. El mango o cabo suele ser de hueso, plata o cuerno de vaca. Normalmente, se utiliza como objeto decorativo, como abrecartas y en otras ocasiones como herramienta de trabajo.
hueso, cuerno, plata, oro, etc. Las hojas pueden ser de acero inoxidable y cada cuchillo lleva su funda de piel, también fabricada a mano.
En la jabonería se ha ido más allá, buscando la utilidad en la limpieza corporal. Jabones de gofio con leche de cabra, productos naturales de la tierra que dan originalidad a un producto de higiene personal.