Así Somos: Albinismo
Con 19 años, Andrés Zhao Díaz Díaz ha recorrido un camino marcado por la constancia y la superación. Nacido con albinismo, una condición genética que afecta la producción de melanina y puede conllevar desafíos visuales, Andrés no solo ha aprendido a convivir con ello, sino que ha sabido destacar en diferentes ámbitos, tanto en lo deportivo como en lo academico.
Del atletismo al ajedrez: el deporte como motor de vida
Desde niño, Andrés mostró una conexión especial con el deporte. En disciplinas como la velocidad y el salto de longitud, acumuló varias medallas gracias a su agilidad, concentración y espíritu competitivo. Sin embargo, donde realmente sorprendió fue en el ajedrez.
Con años de dedicación, Andrés se situó entre los mejores jugadores juveniles de la ONCE en España, demostrando una mente táctica brillante y una admirable capacidad de concentración. Actualmente, se ha volcado de lleno en el judo, donde continúa cosechando éxitos en campeonatos nacionales, reflejo de su incansable energía y perseverancia.
Superar barreras en la educación: tecnología, esfuerzo y visión
El ámbito académico ha sido otro pilar esencial en la vida de Andrés. A pesar de las dificultades visuales propias del albinismo, ha sabido adaptarse a diferentes entornos educativos, haciendo uso de herramientas tecnológicas como lectores de pantalla, lupas digitales y otros recursos de accesibilidad.
Gracias a su disciplina y capacidad de adaptación, ha alcanzado excelentes resultados académicos. Además, ha participado activamente en proyectos escolares sobre inclusión y diversidad, donde ha puesto de manifiesto su sensibilidad social y compromiso con una educación equitativa.
Un joven comprometido con la inclusión
Más allá de sus logros deportivos y académicos, Andrés es un firme defensor de la inclusión. Cree profundamente en la necesidad de construir una sociedad donde todas las personas, independientemente de sus características, tengan las mismas oportunidades.
Para él, la inclusión no debe quedarse en el discurso: debe traducirse en acciones concretas, accesibilidad real y un cambio cultural que permita romper prejuicios y barreras sociales.


