Cuatro accidentes y varias averías en la TF-5 ha reabierto el debate sobre la movilidad en las islas y el gran número de coches por habitante
Muchos conductores aún recuerdan el enorme atasco que paralizó ayer la autopista del Norte (TF-5) en Tenerife. Lo que comenzó como una jornada aparentemente normal terminó convirtiéndose en horas de colas interminables y desplazamientos imprevisibles. Aunque el episodio fue especialmente intenso, para muchos tinerfeños no se trata de algo anecdótico: la incertidumbre al volante se ha convertido en parte de la rutina diaria.
Según explicó un experto en movilidad, el colapso que se vivió ayer responde a una combinación de factores que se repiten cada vez con más frecuencia. Cuatro accidentes y varias averías actuaron como detonante, saturando no solo la TF-5, sino también las vías secundarias, que quedaron completamente bloqueadas ante la falta de alternativas reales de circulación.
Los problemas y las posibles soluciones
El especialista recuerda que el problema de fondo va más allá de un incidente puntual. El trazado de las carreteras y, sobre todo, el elevado número de vehículos en circulación —casi uno por habitante en Canarias— hacen que cualquier imprevisto derive rápidamente en largas retenciones. Esta densidad de tráfico convierte las colas en un fenómeno casi cotidiano.
En cuanto a las posibles soluciones, los expertos señalan varias líneas de actuación: la creación de un tercer carril en los tramos más críticos, una apuesta firme por priorizar el uso de la guagua y el transporte público, y medidas que frenen el crecimiento de los vehículos en el Archipiélago. Mientras tanto, los conductores siguen pendientes de una red viaria que, cada día más, muestra signos de saturación.


