Las elecciones parlamentarias en Israel marcarán el futuro político de un país sumido en la inestabilidad
Los colegios electorales de Israel han registrado hasta las 16.00 horas (hora local) un 47,5% de participación, la cifra más elevada desde los comicios de 1999, cuando en el mismo periodo de tiempo ya había depositado su voto un 51,8% del electorado.
Según ha informado el director general del Comité Central de Elecciones, Orly Ades, más de 3,2 millones de israelíes han acudido ya a las urnas, una cifra notablemente superior a las últimas elecciones, cuando en el mismo tramo la participación rondaba el 42,3%.
Sin embargo, la participación entre la población árabe no corre la misma suerte, pues apenas se sitúa en el 23 por ciento, según el centro aChord de la Universidad Hebrea, según informa el diario local ‘The Times of Israel’.
Los principales líderes políticos de Israel han depositado esta mañana sus votos en unas elecciones parlamentarias que marcarán el futuro político de un país marcado en estos últimos años por la inestabilidad política, con llamamientos generalizados a la participación y algún que otro recado para las previsiblemente arduas negociaciones postelectorales.
El actual primer ministro, Yair Lapid, ha apelado a la ciudadanía a votar «por el futuro del país», al ejercer su derecho en colegio electoral de Tel Aviv, después de visitar la tumba de su padre, que también ocupó puestos de responsabilidad en el Gobierno.
La participación, determinante
El principal aspirante a desbancarlo, Benjamin Netanyahu, también ha llamado a los israelíes a salir a votar en unos comicios donde la participación puede ser un factor determinante. «Es un gran privilegio, salid y votad», ha proclamado en Jerusalén, acompañado por su mujer, informan los medios locales.
También ha reivindicado sus opciones de ser primer ministro el actual responsable de Defensa, Benny Gantz, pese a que los sondeos otorgan a Unidad Nacional unos diez escaños. «Estas elecciones no van de un gran partido, sino del partido que pueda combatir mejor la incitación, la división», ha esgrimido, en aras de una tercera vía.
Gantz puede ser determinante para el futuro político de Israel, al igual que el ultraderechista Itamar Ben Gvir, que ha aupado a su Sionismo Religioso hasta el tercer lugar en intención de voto. Ben Gvir se ha autodescartado como primer ministro y, en cambio, ha reivindicado su importancia para que el de Netanyahu sea «un gobierno totalmente de derechas».
Al margen de la disputa política permanece el presidente de Israel, Isaac Herzog, que al participar en las elecciones ha reinvidicado el «privilegio» que supone un proceso «libre, limpie e igual». «Sin ninguna duda, todos los votos importan», ha dicho, en otro llamamiento a la participación.
Las autoridades han habilitado más de 100.000 colegios electorales para esta jornada, en la que se repartirán los 120 escaños que forman la Knesset (Parlamento). Los sondeos no han vaticinado una mayoría clara para ninguno de los bloques, por lo que previsiblemente serán claves de nuevo las negociaciones postelectorales.