En los actos de violencia contra la OTAN, al menos 30 miembros de la KFOR sufrieron heridas en los altercados del pasado lunes
El Gobierno de Estados Unidos ha condenado este martes los ataques sufridos por efectivos de la misión de la OTAN en Kosovo (KFOR) y medios de comunicación en la antigua provincia serbia y ha pedido rebajar la tensión.
El secretario del Departamento de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha pedido tanto a Kosovo como a Serbia que se comprometan «inmediatamente» a participar en las conversaciones facilitadas por la Unión Europea para normalizar las relaciones.
Blinken ha indicado que la decisión del Gobierno de Kosovo «de forzar el acceso a los edificios municipales intensificó las tensiones de una forma brusca e innecesaria», en referencia a las protestas de las autoridades kosovares contra alcaldes albanokosovares que intentaban asumir su mandato tras las elecciones de abril destinadas a llenar el vacío dejado por alcaldes serbokosovares que decidieron renunciar a sus cargos en protesta.
«El primer ministro (de Kosovo, Albin) Kurti y su Gobierno deben garantizar que los alcaldes electos desempeñen sus funciones transitorias desde lugares alternativos fuera de los edificios municipales, y retirar las fuerzas policiales de las inmediaciones», ha solicitado.
En cuanto a Serbia, el secretario de Estado ha indicado que el presidente serbio, Aleksandar Vucic, y su Gobierno «deberían rebajar el nivel de seguridad de las Fuerzas Armadas serbias e instar a los serbokosovares a que dejen de desafiar a la KFOR y se abstengan de cometer más actos violentos».
Ataques a la KFOR
Al menos 30 miembros de la KFOR resultaron heridos en los altercados este lunes entre efectivos de mantenimiento de la paz y manifestantes serbokosovares concentrados en Zvecan, un municipio de mayoría serbia en el norte de Kosovo, para protestar contra el nuevo alcalde de la localidad.
Kosovo se mantiene desde la década de los noventa del siglo XX como una herida abierta en el seno de los Balcanes; un territorio de menos de 11.000 kilómetros cuadrados que, 15 años después de su independencia unilateral de Serbia, sigue registrando de forma recurrente tensiones y violencias que se concentran principalmente en su zona norte, donde la comunidad serbia es mayoría.
Se reivindica desde febrero de 2008 como Estado independiente, una posición avalada por alrededor de un centenar de países pero que Serbia sigue sin reconocer a día de hoy. Tampoco potencias como Rusia o China, ni cinco países de la UE –entre ellos España– que ven con recelo que un territorio pueda emprender el camino de la secesión sin contar con el visto bueno de su teórico gobierno central.Copiar al portapapeles