El nuevo bombardeo contra la «zona humanitaria» designada en la Franja de Gaza se dirigía contra un edificio supuestamente utilizado por miembros de Hamás
El Ejército de Israel ha llevado a cabo este jueves un nuevo bombardeo contra la «zona humanitaria» designada en la Franja de Gaza y ha asegurado que el objetivo eran «terroristas» presentes en un edificio supuestamente utilizado por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y Yihad Islámica.
Así, el Ejército israelí ha indicado que varios de sus helicópteros han ejecutado un «ataque de precisión» contra «terroristas que operaban en un complejo de mando y control de Hamás y Yihad Islámica escondido en el área humanitaria en Deir al Balá», en el centro del enclave palestino.
«El complejo de mando y control se usaba por los terroristas como infraestructura terroristas desde la que se planeaban y ejecutaban operaciones terroristas contra las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el Estado de Israel», ha manifestado en un comunicado publicado en su página web.
Los civiles, como escudos humanos
En este sentido, ha incidido en que «el ataque se llevó a cabo para eliminar una amenaza inmediata» y ha argüido que antes del mismo «se llevaron a cabo muchas medidas para reducir la posibilidad de dañar a civiles», en medio de las denuncias sobre el gran número de víctimas civiles y la enorme destrucción por su ofensiva en Gaza.
«Las organizaciones terroristas violan sistemáticamente el Derecho Internacional y operan bajo la cobertura de los civiles, usando brutalmente a la población como escudos humanos para sus actos terroristas», ha zanjado el Ejército de Israel, que ha atacado en decenas de ocasiones la pequeña zona de Gaza que ha declarado como una «zona segura».
El Ejército de Israel lanzó una ofensiva contra Gaza tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por Hamás y otras facciones palestinas, que se saldaron con unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados. La ofensiva deja hasta la fecha más de 40.800 palestinos muertos, según las autoridades gazatíes, controladas por Hamás, una cifra a la que se suman más de 680 muertos en Cisjordania y Jerusalén Este a manos de las fuerzas israelíes o colonos.
Corredor de Filadelfia
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha insistido en su idea de mantener al Ejército en el corredor de Filadelfia ya que es la única opción de lograr los objetivos de la guerra. «Salir de ahí no traerá a los rehenes a casa», ha dicho en una rueda de prensa para medios extranjeros.
«Si se quiere traer de vuelta a los rehenes, tenemos que controlar el corredor de Filadelfia», ha dicho el primer ministro Netanyahu, quien ha asegurado que esta zona ha servido durante años como ruta del contrabando de armas que llegan desde Irán ante la pasividad de las autoridades egipcias.
«Cuando nuestro Ejército abandonó Gaza en 2005, el corredor de Filadelfia se convirtió en una zona de contrabando de armas proporcionadas por Irán«, ha dicho, remarcando que la destrucción de Hamás ahora y para el futuro, así como la liberación de los rehenes pasa por mantener bajo control este área.
Netanyahu ha destacado que la ubicación del corredor de Filadelfia ha sido fundamental para que Hamás se rearmara de cara a los ataques del 7 de octubre y ha asegurado que de no controlarlo, podría servir también para sacar a los rehenes de manera clandestina hacia Irán e incluso Yemen.
Críticas a la comunidad internacional
El primer ministro israelí ha recriminado que la comunidad internacional pretenda que Israel dé su brazo a torcer la misma semana en la que «Hamás ha matado a seis rehenes a sangre fría» y ha insistido en que solo la presión militar podrá traer de vuelta el resto de personas que continúan bajo cautiverio del grupo palestino.
Netanyahu ha asegurado que Hamás accedió a entregar a algunas de estas personas después de tomar el control del corredor de Filadelfia y atacar Rafá. Sin embargo, no ha habido ningún acuerdo para liberar rehenes desde noviembre, mucho antes de la operación a gran escala en mayo sobre esta ciudad.