La Palma crea un programa de salud mental para los menores afectados por la erupción del volcán

El programa tiene como objetivo mejorar la atención en salud mental de los niños y niñas de los municipios afectados por la erupción volcánica

La Palma crea un programa de salud mental para la población infantojuvenil afectada por la erupción del volcán
La Palma crea un programa de salud mental para la población infantojuvenil afectada por la erupción del volcán. Imagen de Archivo

El Cabildo de La Palma ha puesto en marcha un programa preventivo en salud mental dirigido a la población infantojuvenil de la isla, con especial atención a los menores afectados por la erupción del volcán Tajogaite, gracias a la donación de un millón de euros aportada por el Senado.

La iniciativa, también financiada por el Cabildo, estará gestionada por la Unidad Técnica de Menores del Servicio de Acción Social y tendrá una duración inicial de tres años, prorrogable un año más.

El programa está orientado a ofrecer un recurso de carácter preventivo y educativo para mejorar la atención en salud mental de niños, niñas y adolescentes gracias a un equipo multidisciplinar compuesto por tres profesionales de la psicología, una trabajadora social y dos educadores sociales que tendrán una presencia destacada en los municipios afectados por la erupción volcánica.

Trastornos mentales antes de los 15 años

La consejera de Acción Social, Ángeles Fernández, ha destacado la importancia de esta iniciativa en un contexto donde los efectos de la emergencia volcánica han agravado problemas preexistentes o generado nuevas dificultades en la salud mental de la población joven.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mitad de los trastornos mentales en adultos comienzan antes de los 15 años, lo que resalta la necesidad de intervenciones tempranas.

Desde la consejería de Acción Social se ha señalado que el programa también busca dar respuesta a un aumento de los problemas psicoafectivos en la infancia y la adolescencia, vinculados a factores como la presión académica y social, la exposición a redes sociales y las secuelas de la pandemia de covid-19.

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