La agenda prevé una discusión sobre la dimensión exterior de la migración que, en principio, aúna un amplio consenso
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea iniciarán este sábado en una cumbre informal en Granada la reflexión sobre la dinámica que quieren para el bloque en los próximos años, desde los cambios necesarios para prepararse a la apertura de nuevos socios a partir de 2030 hasta cómo reforzar su capacidad de defensa frente a nuevos riesgos; un debate, sin embargo, lastrado por las eternas diferencias en materia migratoria que complican la redacción de una declaración conjunta.
El acuerdo contrarreloj que permitió a los Veintisiete anunciar a mitad de semana que lograban desbloquear las negociaciones del Pacto de Migración y Asilo, al definir sus líneas rojas sobre el mecanismo de gestión de crisis ha rebajado en parte la presión sobre la cumbre informal en Granada porque el pulso entre Italia y Alemania en ese punto amenazaba con tensar la cita. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el canciller alemán, Olaf Scholz, de hecho, se verán en bilateral este mismo viernes.
Líderes de la Unión Europea
Así las cosas, la agenda prevé una discusión sobre la dimensión exterior de la migración que, en principio, aúna un amplio consenso respecto a la necesidad de reforzar el control de las fronteras y favorecer la cooperación con países de origen y tránsito para que corten las salidas irregulares.
La unanimidad necesaria para adoptar a nivel de líderes cualquier declaración y el rechazo permanente a las cuestiones migratorias por parte de Hungría y Polonia, que reclaman que las decisiones en esta materia se decidan por consenso y no por la mayoría cualificada que ahora permite salvar bloqueos por grupos reducidos de socios, complican según distintas fuentes las negociaciones sobre la declaración final.
La discusión migratoria ya se coló la víspera en los márgenes de la cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE) en donde el primer ministro británico, Rishi Sunak, y Meloni, han logrado convocar un cónclave en formato reducido y centrado en el control migratorio al que también han acudido los mandatarios de Francia, Emmanuel Macron; Países Bajos, Mark Rutte, y de Albania, Edi Rama, así como la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen.