La revuelta juvenil busca un cambio de gobierno tras las altas restricciones y la frustración con la élite política
Las calles de Katmandú, capital de Nepal, amanecieron este jueves bajo un estricto control militar, mientras el país comienza a hacer balance de las 48 horas de furia que forzaron la caída del Gobierno con al menos 31 muertos y más de 15.000 presos fugados.

Esta jornada se ve marcada por la ausencia de violencia en las calles, gracias a un toque de queda nacional impuesto por el Ejército, y por el inicio de unas complejas negociaciones políticas para formar un gobierno interino.
31 muertos y más de 15.000 reclusos fugados
Las autoridades forenses confirmaron este jueves que la cifra de fallecidos por la represión de las protestas del lunes y martes en el valle de Katmandú ascendieron a 31, según el diario The Kathmandu Post.
Al mismo tiempo, se ha conocido la magnitud del colapso del sistema penitenciario donde informes de estos medios indican que más de 15.000 reclusos escaparon de 25 prisiones del país durante los asaltos de los manifestantes el martes.

Mientras tanto, las conversaciones previstas entre el presidente, el Ejército y los representantes juveniles para elegir a un nuevo gobierno avanzan pese a las profundas divisiones internas del movimiento juvenil que lideró la revuelta, el autodenominado ‘Generación Z’ (nacidos entre 1997 y 2012).
La candidatura de la expresidenta del Tribunal Supremo, Sushila Karki, elegida en una votación en línea, se ha rechazado por facciones de la propia revuelta, que la consideran inconstitucional y proponen otros nombres.
Formación de un nuevo gobierno
La formación de un gobierno interino se ha acelerado tras la dimisión el martes del primer ministro K.P. Sharma Oli, forzada por estos dos días de protestas que han dejado un saldo superior a los 30 muertos.
El presidente de Nepal, Ram Chandra Poudel, se reúne este jueves con representantes de los jóvenes y el Ejército para buscar una salida a la crisis. Mientras, el portavoz del Ejército, Rajaram Basnet, confirmó al portal de noticias Onlinekhabar.com que la reunión busca oficializar el nombramiento de Karki.

Esta candidatura se decidió en una votación en la plataforma Discord en la que participaron 7.711 jóvenes. De ellos, Karki recibió 3.832 votos. El segundo candidato más votado fue Rastra Bimochan Timilsina, conocido como ‘Randomguy’, con 2.021 votos, seguido de Sagar Dhakal (1.098).
A pesar del impulso popular, la candidatura de Karki enfrenta un obstáculo legal. El artículo 132 de la Constitución de Nepal establece que «ninguna persona que haya ocupado el cargo de presidente del Tribunal Supremo (…) será elegible para ser nombrada para ningún cargo gubernamental».
Para sortear este bloqueo, figuras influyentes como el alcalde de Katmandú, Balendra Shah, han apoyado la propuesta de disolver primero el Parlamento, lo que dejaría la Constitución sin efecto y abriría la puerta a la formación de un gobierno interino.
Incertidumbre por el futuro
Analistas consultados por EFE advierten de la alta incertidumbre del proceso. «Hicieron un milagro (al derrocar al Gobierno), pero no tienen confianza para liderar porque carecen de un liderazgo definido«, explicó a EFE el analista político Anil Giri.
«Gobernar un Estado es diferente«, añadió, subrayando que la Constitución no permite claramente que un expresidente del Tribunal Supremo encabece un gobierno.
Este levantamiento juvenil, que carece de un liderazgo unificado o una estructura jerárquica clara, se convocó y coordinó de forma orgánica a través de redes sociales por diversos colectivos que llamaron a la juventud de la ‘Generación Z’ (nacidos entre 1997 y 2012), sin una cabeza visible que centralizara las decisiones.
La falta de un liderazgo claro, que al principio fue clave para que el movimiento creciera rápido y mantuviera su autenticidad, hoy ha dejado un vacío político. Sumado a la violencia de los últimos días, ese vacío ha aumentado la presión para que surja una figura visible que pueda negociar una salida y ayudar a contener la crisis.