Al menos 19 personas han perdido la vida por los bombardeos que en varias ciudades ucranianas, incluida Kiev, está llevando a cabo el Ejército ruso
Los bombardeos llevados a cabo por Rusia en varias ciudades de Ucrania durante la jornada del lunes se han cobrado la vida hasta el momento de al menos 19 personas, y han dejado un total de 105 heridos, según el último informe de las autoridades ucranianas.
En concreto, el Servicio Estatal de Emergencia de Ucrania ha detallado que hasta las 7.00 horas (hora local) de este martes día 11 han sido alcanzados objetos de infraestructura crítica y civil en 12 regiones del país, así como en la ciudad de Kiev, donde se han producido más de 30 incendios, que ya han sido extinguidos.
Asimismo, 301 asentamientos de las regiones de Kiev, Leópolis, Sumy, Ternópil y Jmelnitsky continúan aún sin electricidad, mientras que 22 centrales eléctricas, incluidas 15 destinadas para centrol de salud en las regiones de Dnipropetrovsk, Sumy, Jarkóv y Chernígov, según el Servicio Estatal de Emergencia.
Con todo, se ha restablecido el suministro de energía a 3.571 asentamientos en las regiones de Poltava, Sumy, Ternópil, Leópolis, Kiev y Jmelnitsky.
Condena a los ataques
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha calificado de «terror» contra la población civil los recientes ataques de Rusia contra la población de Ucrania.
«Los edificios residenciales, las plazas, las calles en hora punta, y los parques son el objetivo de los ataques indiscriminados rusos en la ciudad ucranianas», ha indicado la organización en un comunicado de prensa este lunes, en el que ha señalado que Rusia lleva a cabo estos bombardeos únicamente para «sembrar el terror».
«La única razón detrás de estos actos brutales y crueles es sembrar el terror y compensar las fallas en el logro de objetivos tácticos y estratégicos», han expresado los dirigentes de la OSCE, entre los que se encontraban el ministro de Exteriores de Polonia y presidente de la OSCE, Zbigniew Rau, así como la secretaria general de la OSCE, la alemana Helga Maria Schmid.
Así, la OSCE, cuyo cometido es ejercer de mediador entre los Estados miembros para gestionar conflictos, ha remarcado su apoyo a Ucrania. «Estamos unidos a la valiente nación ucraniana y seguimos comprometidos a apoyar su noble causa en la defensa de nuestros valores compartidos y compromisos fundamentales», reza la misiva.
La organización también ha criticado los ataques del Ejército ruso. «Estas atroces acciones militares representan una total falta de respeto y una violación del Derecho Internacional, incluido el derecho humanitario», han destacado los líderes de la OSCE.
Zaporiyia la ciudad más castigada de Ucrania
Zaporiyia es uno de los lugares más castigados en Ucrania, y donde Rusia ha vuelto a atacar. 12 misiles han destrozado una escuela, un orfanato y hay al menos un muerto. «Las cosas volaban. Corrí al pasillo. Los niños lloraban», cuenta una residente.
Rusia ha continuado su ofensiva más allá del frente y ha atacado infraestructuras clave para el suministro de luz y agua de la población. Buena parte del país continúa en alerta por posibles ataques, en Kiev, el metro se ha vuelto a convertir en refugio. «No pensábamos que volvería a ocurrir esto en el centro. No estamos seguros en casa» señala una joven.
Otros quieren olvidar rápido lo ocurrido y se unen a los servicios de emergencia para retirar escombros. Mientras tanto, en una de las ciudades recuperadas por el ejército ucraniano se ha encontrado una nueva fosa común con 55 cadáveres.
«La gente de aquí comprende que cada día puede ser el último día»
La vida en la capital ucraniana no ha vuelto a ser la misma en los dos últimos meses. Rusia está atacando al corazón del país, cuya ciudadanía sigue intentando latir como puede.
«La gente de aquí comprende que cada día puede ser el último día y cada noche puede ser la última noche. Seguimos viviendo, trabajando, saliendo y apreciamos mucho más nuestras vidas«, explica Iryna Liubyshikina. Fue una de los millones de personas que abandonaron Ucrania cuando comenzó la guerra. Estuvo en España, en la ciudad de Santander, pero, cinco meses después, decidió volver a su país.
«No puedo vivir en otra parte, quiero quedarme en casa, quiero ayudar, quiero hacer voluntariado y donaciones para luchar contra Putin. Como yo ya hay tres o cuatro millones de ucranianos que volvieron a ucrania», señala Iryna. No solo se lucha en el frente, existe una estructura ciudadana muy bien organizada para prestar ayuda a quien la necesite.