Segunda jornada del congreso ‘Justicia y Sostenibilidad Democrática: La respuesta contra la Violencia de Género’

El congreso contra la Violencia de Género tiene lugar en Gran Canaria y se celebrará hasta el viernes en el Auditorio Alfredo Kraus. En estas jornadas se ha tratado de visibilizar la realidad de las mujeres de todo el mundo, en situaciones de extrema vulnerabilidad

Segunda jornada del congreso 'Justicia y Sostenibilidad Democrática: La respuesta contra la Violencia de Género'
Aplauso a Asha Ismail durante su ponencia en el congreso ‘Justicia y Sostenibilidad Democrática: La respuesta contra la Violencia de Género’

Asha Ismail, directora de la organización ‘Save a girl, save a generation‘, intervino este jueves en el congreso ‘Justicia y Sostenibilidad Democrática: La respuesta contra la Violencia de Género’, que se celebra hasta el viernes en el Auditorio Alfredo Kraus de la capital grancanaria. Su testimonio conmovió al público que acude a estas jornadas organizadas por la Cátedra de Derechos Humanos y Estudios Críticos de Género de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Asha es de Kenia y contó su experiencia como víctima de la mutilación genital que sufrió a los cinco años, como muchas niñas de su país. “A pesar de mi edad me acuerdo perfectamente cómo ocurrió todo. Me dijeron mañana te vamos a purificar y yo, sin saber lo que me iba a pasar, estaba muy contenta”, contó Asha.

Infibulación

Toda la ilusión y los nervios se acabaron cuando comenzaron a realizarle la mutilación con unas cuchillas que ella misma había comprado. “Me metieron un trapo en la boca para que no se escucharan mis gritos. Quizá fueron unos minutos, pero para mí aquello fue una eternidad. Yo solo pensaba: que se acabe. Lo que me hicieron fue infibulación”, relató Asha con la voz entrecortada ante una sala que escuchaba en silencio.

Después de esa experiencia, Asha Ismail fue vendida a un hombre de Somalia. “Me compró y se casó conmigo, y la primera noche me llevó a un hotel en la capital de Somalia donde me violó repetidamente”, manifestó la presidenta de ‘Save a girl, save a generation’. “Yo sabía de ’Las niñas locas’, es como llamaban a las que se prendían fuego la noche de boda, y aquella noche yo lo entendí” relató. Después de esa noche dijo que no quería volver a “esa habitación del terror”. Le dieron una habitación aparte, ella cerraba la puerta con unas sillas y dormía con un cuchillo en la habitación, donde su ‘esposo’ insistía en entrar.

Todo ocurrió en el año 1988, y después de dos meses y se enteró de que estaba embarazada de aquel señor. “Yo no quería tener una niña, no quería que sufriera lo mismo que yo- contó con voz emocionada-, pero nació una niña y me la pusieron en los brazos”.

‘Save a girl, save a generation’

El nacimiento de su hija en 1989 cambió la vida de Asha Ismail: “Pensé: a esta criatura la voy a proteger, no quiero que pase por la mutilación genital femenina ni que la obliguen a casar. Esa promesa me dio vida”. No volvió a ver al padre de la niña. Y le dijo a su hermana que iba a proteger a su hija, aunque tuviera que salir del país para que no sufriera la mutilación genital. “Se lo dije a mi hermana mayor, mi niña no pasará por esto, y me dijo, la mía tampoco, y se sumaron mis amigas, primas, cómplices. Así nació ‘Save a girl, save a generation'».

RTVC. Asha Ismail, directora de la organización ‘Save a girl, save a generation’

«Mi niña es madre de dos niñas y le contarán lo que le pasó a su abuela. Pero ya es historia”. Así terminó el relato en primera persona de Asha Ismal, que logró el aplauso de los asistentes al congreso, que se pusieron en pie para respaldar la lucha de Asha y su ejemplo vital.

Violencia contra las mujeres en Afganistán

RTVC. Informa: Cristina Quesada

También en la segunda jornada del congreso sobre violencia de género que se celebra en Las Palmas de Gran Canaria se ha hablado este jueves de las mujeres más vulnerables del mundo. Algunas de las conclusiones pasan por el conflicto que sufren actualmente las mujeres afganas o la vulnerabilidad de las mujeres ante el cambio climático.

En Afganistán, la estrategia del terror de los talibanes se basa en la violencia contra las mujeres. Su último movimiento ha sido la expulsión de las juezas del sistema judicial. Gulalai Hotak es una de las 250 juezas afganas en la lista de ejecución de los talibanes.

Aunque la Asociación Internacional de Juezas ha conseguido sacar de forma legal y segura a 180 de ellas, es inevitable pensar en las que quedan.

Además, previsiblemente, en los próximos cinco años, Afganistán tendrá una generación de mujeres analfabetas, después de que se prohibiera a las niñas el acceso a la educación, con la llegada al poder de los talibanes. Una situación que será imposible de compensar en décadas.

Cambio climático

Las mujeres son también las más vulnerables ante el cambio climático. El 80% de las víctimas del tsunami de 2004 en Sri Lanka fueron mujeres y niñas. Ellas son las víctimas, dicen, de las superpotencias mundiales.

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