Las iglesias están vacías, los feligreses aislados, los tronos sin adornar, los cofrades sin poder cargar y todo el imaginario religioso de esta época sin salir a la calle en procesión. La Semana Santa, que celebra la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, se ha quedado confinada dentro de los templos, y libre en las redes sociales.
Muchos sacerdotes y devotos se niegan a que esta época de reflexión, tristeza y celebración pase sin pena ni gloria este año. Salomé Izquierdo, parroquiana de la Iglesia Matriz Nuestra Señora de la Encarnación de la Victoria de Acentejo, en Tenerife, ha dado un paso adelante y está celebrando su particular “Semana Santa Virtual”, tal y como ella la ha decidido llamar.
Cada día publica en la página de Facebook de esta iglesia imágenes de la escultura que tendría que haber salido en procesión junto a una ficha, muy detallada, con toda la información de la obra de arte sacro. Las cofradías que participaban de las procesiones de este “pueblo chico, en el que casi todos nos conocemos”, están ayudando a que esa información sea “exquisita” y concienzuda, detalla Salomé, y es que de casta le viene al galgo, porque, además de ser creyente practicante, estudió Historia del Arte y ha visto en este momento una oportunidad para “acercar” la pasión religiosa a los hogares desde el punto de vista artístico.
CUESTIÓN DE FE Y NUEVAS TECNOLOGÍAS
A Salomé participar de las procesiones le da una oportunidad, una vez al año, de ver la imaginería religiosa a la luz: “es un momento triunfal en que la imagen se pone frente al pueblo y ves todos los detalles, las manos, el rostro”, reflexiona en alto.
Para Ambrosio Abeso, el párroco de la iglesia de San Isidro Labrador de Cardones, Gran Canaria, la Semana Santa es un momento de recogimiento, de afianzar la fe, de celebrar junto a sus feligreses, por eso, cada tarde, se pone delante del teléfono móvil y ofrece misa. También usa otros métodos más rudimentarios y escandalosos para llegar a sus parroquianos. Estos días, y promete repetir el viernes, ha hecho el vía crucis megáfono en mano por toda la iglesia.
Para este jueves santo tiene preparado un “lavatorio de pies simbólico. He elegido lavar los pies a los miembros de Cáritas parroquial, a los miembros del grupo de liturgia del pueblo, a los enfermos de coronavirus y a los médicos”. El viernes, durante la celebración de la Cruz, “invitaré a la gente a rezar el ángelus con el crucifijo, teniendo presente a alguien que haya pasado la cruz”, explica este sacerdote, que está aprovechando las nuevas tecnologías, y las más anticuadas, pero eficaces, para hacer llegar su mensaje de fe.
Semana Santa virtual
