La Guardia Civil y la Ertzaintza han detenido a siete personas e investigan a otras cuatro por supuestamente formar una red criminal que estafaba en toda España mediante el método del «hijo en apuros». Un envío masivo de mensajes con el que llegó a obtener, al menos, 190.000 euros
Según han explicado en rueda de prensa el subdelegado del Gobierno en Ávila, Fernando Galeano; el teniente coronel jefe de la comandancia de Ávila, Gustavo Dorda, y el intendente Mikel Treku, jefe territorial de la policía autonómica vasca en Guipúzcoa, los implicados utilizaban un sofisticado sistema de envíos masivos, capaz de remitir hasta 8.000 mensajes diarios.
Registros en varias provincias
En los registros efectuados en las provincias de Madrid y Guadalajara, desde donde operaban los cabecillas, se han encontrado 350 módulos de telefonía. También 800 tarjetas SIM de distintas operadoras, 5 dispositivos inalámbricos de telecomunicación, 5 ordenadores y 7 discos duros.
Esta actuación se ha realizado en dos operaciones, Rosbunk en Ávila y Pool en Guipúzcoa, que han confluido en una conjunta denominada «Rosbunk-Pool».
Las operaciones se ha desarrollado por el Equipo de Delitos Informáticos y Tecnológicos (Edite) de la Policía Judicial de la Guardia Civil en Ávila, el Equipo @ de Ávila y la Sección de Internet del Servicio de Investigación Criminal de la Ertzaintza de Gipuzkoa, además de la colaboración y apoyo de la Unidad Central Operativa (UCO) de Guardia Civil.
A los detenidos se les imputan los delitos de estafa, blanqueo de capitales y usurpación de estado civil, llegando a suplantar también «identidades de administraciones».
Cuatro cabecillas
Los cuatro cabecillas de la organización operaban desde Guadalajara y Madrid, desde donde se remitían masivamente los mensajes sospechosos, mientras que el resto operaban como «mulas económicas», que se quedaban con una pequeña cantidad ya pactada, mientras que el importe restante se lo entregaban a los líderes.
Estos últimos invertían gran parte del dinero estafado mediante este método en criptomonedas, con el objetivo de eludir el control bancario.
Las «mulas» han sido localizadas en las provincias de Valencia, Córdoba, Barcelona y Huesca.
Las actuaciones comenzaron a raíz de una denuncia interpuesta en una localidad de la provincia de Ávila el pasado junio por ese tipo de estafa del hijo en apuros, por valor de 11.000 euros.
Entonces se puso en marcha la operación Rosbunk con el objetivo de descubrir este entramado que operaba mediante el engaño a partir del envío de mensajes a miles de personas de personas en toda España, afectando a centenares de víctimas.
Mensajes a las víctimas
La forma de actuar consistía en que dichas víctimas recibían varios mensajes de texto a su dispositivo móvil desde números desconocidos por parte de alguien que decía ser su hijo. Y les decían que se había quedado sin teléfono móvil, encontrándose en apuros, por lo que necesitaba «de forma urgente» una transferencia económica para volver a casa.
A través del número desde el que recibía el mensaje, el estafador lograba convencer a la víctima para que accediera a realizar unas transferencias bancarias.
Mientras estaba en marcha la investigación desde Ávila, los agentes comprobaron que la Ertzaintza también estaba investigando a la misma persona dentro de la operación Pool, con al menos 20 estafas con casi 50.000 euros defraudados.
De esta manera, la Guardia Civil y la Ertzaintza unificaron la investigación en una sola, para desarticular esta red criminal que, utilizando «dos técnicas distintas» en Guipúzcoa y en el resto de España, estafaba a través de un mismo «cabecilla».
Además, se recuperaron 45.000 euros del dinero defraudado a varias víctimas y bloqueado 5 cuentas bancarias con más de 100.000 euros.