Las tres asociaciones ecologistas y de vecinos se han unido para negarse a la construcción de una planta de gas propano en Telde, en Gran Canaria, que consideran «un pelotazo urbanístico»
Las asociaciones ecologistas Turcón, Salto a la Transición Ecológica y de vecinos Meclasa (Melenara, Clavellinas y Salinetas) se han unido para mostrar su rechazo al proyecto para erigir una planta de gas propano en el barrio de Salinetas, en Telde, Gran Canaria.

Un «pelotazo urbanístico»
Según han detallado en un comunicado tras mantener una reunión, este proyecto es un «pelotazo urbanístico» que quiere dar la empresa promotora, Disa, tras ampliar sus instalaciones en la zona. Consideran además que supondría la transformación del suelo rústico sobre el que se asentaría la planta, «cuya vocación es otra».
Es por ello que las tres asociaciones han solicitado al Gobierno de Canarias, que ha dado el beneplácito a este proyecto, y al Ayuntamiento de Telde «máxima transparencia en su gestión».
Así, al Ejecutivo autonómico, a través de la Dirección General de Energía, le han pedido que remita y publique la declaración de impacto ambiental del proyecto, algo que no hicieron en el trámite de información pública.
Mientras, a la corporación local le han instado a que les haga llegar su informe de incompatibilidad urbanística, preceptivo en el trámite, ya que han pasado tres meses desde el inicio del mismo, para que posteriormente lo publique para el conocimiento de toda la ciudadanía.
Unión con otros barrios
Las asociaciones también mantendrán un encuentro con la plataforma vecinal de Los Realejos, en Tenerife, que sufre una situación urbanística similar.
Han insistido en que la instalación de esta planta de gas propano «continúa en la carbonización del sistema energético«, algo que no se justifica, en su opinión, con la realidad actual.
En el comunicado, han explicado que este proyecto que se prevé desarrollar en Salinetas, comtempla la construcción de una Planta de Generación de Emergencia de 14,8 megavatios (MW), con un almacenamiento previsto de 1.000 metros cúbicos de propano. También dos depósitos horizontales de 200 metros cúbicos, en un área situada a menos de 280 metros de viviendas habitadas.
Riesgo elevado
Han apuntado que este tipo de almacenamiento está clasificado como de riesgo elevado según la normativa europea, y que representa un peligro potencial en caso de fuga, incendio o explosión. Especialmente por la presión y el volumen del gas almacenado, por lo que su proximidad a zonas residenciales «vulnera el principio de precaución y la protección de la salud pública».
Por otro lado, el funcionamiento de ocho motores de combustión para generación eléctrica utilizando como combustible el propano, por lo que en su opinión generará emisiones significativas de gases nocivos, partículas y compuestos orgánicos volátiles.
Emisiones que, han lamentado, «impactarán directamente en la calidad del aire de las zonas residenciales colindantes».
Además, han recordado que su ubicación es incompatible con la calificación del suelo, ya que se trata de un suelo rústico de protección de entornos. Por ello, la autorización excepcional para uso industrial o energético en esta categoría está supeditada a que no existan alternativas razonables y que el uso sea de carácter necesario e insustituible en esa localización.