Ajuy, Vega de Río Palma y Betancuria son la apuesta de Fuerteventura para su consideración como Patrimonio de la Humanidad. Las administraciones municipales y el Cabildo apoyan la iniciativa que ayudará a la «conservación de los valores naturales y culturales de Fuerteventura»
El Cabildo de Fuerteventura ha apostado por la candidatura de Ajuy, Vega de Río Palma y Betancuria como Patrimonio de la Humanidad, según ha informado la Corporación insular.
En este sentido, el presidente, Sergio Lloret, junto al consejero de Participación Ciudadana, Jonathan Gil, así como el alcalde de Betancuria, Marcelino Cerdeña, y representantes municipales de Pájara, Antigua, Puerto del Rosario y Tuineje acompañaron ayer sábado al alcalde de Pájara, Pedro Armas, durante la presentación de la Finca Ajuy como espacio público de «incalculable valor histórico y geológico».
Se trata de una iniciativa por la cual Lloret no dudó en felicitar al Consistorio de Pájara y a su alcalde, asegurando que «ha sido un gran acierto que ayudará mucho a la conservación de los valores naturales y culturales de Fuerteventura».
Durante el acto hicieron público el acuerdo entre las administraciones de trabajar conjuntamente para promover la candidatura a la Unesco para el reconocimiento como Patrimonio Mundial o Patrimonio de la Humanidad de la toda zona comprendida por el barranco de Ajuy, Madre del Agua, Vega del Río Palma y la villa de Betancuria, incluyendo el Arco del Jurado y el yacimiento Aborigen de Llano del Sombrero.
Este compromiso supone, según el presidente del Cabildo, «poner en marcha una medida que nos va a permitir poner en valor la riqueza histórica, paleontológica, ecológica y cultural de toda la zona. Así como garantizar la recuperación del espacio y su conservación en las mejores condiciones para el uso y disfrute de toda la población de la isla y de todos aquellos que nos visitan».
Palmerales milenarios, primeros libros de las Islas y dunas fósiles
También recordaron la multiplicidad de piezas de valor que el área recoge, desde los palmerales milenarios, «origen de la palmera canaria», de Madre del Agua y las Peñitas-Vega de Río Palmas, hasta el asentamiento aborigen de Llano del Sombrero. Pasando por la villa de Betancuria, «capital histórica de Canarias» en la que se ubica el primer convento del Archipiélago donde se registraron los primeros libros de las Islas, así como las estructuras agrarias, ganaderas y pesqueras de lo que fuera «la zona más próspera de la isla».
A todo ello vendría a sumarse el descubrimiento en la Finca de Ajuy de las rocas y paleodunas, o dunas fósiles, más antiguas de Canarias, datadas en más de 100 millones de años de antigüedad, anteriores a la formación definitiva de la propia isla. Por lo que se ha coincidido en denominar a la finca con el apelativo de «la primera piedra de Fuerteventura».
Según los criterios de la Unesco para la concesión del título de Patrimonio Mundial o Patrimonio de la Humanidad, esta área vendría a cumplirlos prácticamente todos a ojos de las instituciones municipales e insular. «Aunque será un proceso largo y laborioso, de unos cuantos años, creemos que merece la pena y que será muy beneficioso para toda la isla«, declaró Lloret.