Investigadores hallan especies protegidas en el mercado de Hong Kong pese a la prohibición internacional desde 2013, pero desde Canarias se duda de la rigurosidad del estudio
Un estudio liderado por la Universidad de Florida ha revelado que, entre 2015 y 2021, las aletas de cuatro especies protegidas de tiburón continuaron presentes en el mercado de Hong Kong, el mayor del mundo para este producto. Los investigadores advierten que el comercio ilegal se mantiene “sustancial y sostenido”, a pesar de las restricciones internacionales.
Desde 2013, la exportación no certificada de cinco especies amenazadas —tiburones martillo, oceánico de puntas blancas y marrajo, entre otros— es ilegal bajo la Convención CITES. Sin embargo, el estudio indica que esta normativa no ha frenado completamente el tráfico de aletas.
El ADN revela el origen de las aletas
El equipo dirigido por Diego Cardeñosa analizó muestras recogidas entre 2014 y 2021 para identificar las especies y su procedencia. Mediante un “código postal del ADN”, rastrearon las aletas hasta regiones cercanas a países que no declaran sus exportaciones, lo que sugiere una red de comercio encubierto.
Los investigadores destacan que 73 de los 90 países exportadores nunca notificaron ventas de estas especies protegidas, pese a que las aletas seguían apareciendo en el mercado asiático. Este hecho contradice los registros oficiales de la CITES y apunta a una actividad ilegal generalizada.
España, China y Taiwán bajo sospecha
El estudio considera “muy improbable” que grandes flotas industriales como las de España, China o Taiwán, conocidas por capturar estas especies, no estén exportando sus aletas. Los autores piden controles aduaneros más específicos, mayor vigilancia genética y una aplicación más estricta de las normas internacionales.
También recomiendan fortalecer el control en los puertos y mejorar la trazabilidad del comercio para evitar el ingreso de productos no declarados en el mercado global.
Críticas desde la comunidad científica española
El investigador Pedro Pascual, del Centro Oceanográfico de Canarias, cuestionó el trabajo. Considera que el estudio es “regular en la metodología y débil en las conclusiones”. Según afirmó a SMC España, los autores hacen “afirmaciones muy a la ligera” sin pruebas suficientes.
Pascual advierte además de las implicaciones negativas para el sector pesquero del palangre español, cuya especie objetivo es el pez espada, no los tiburones. El científico insiste en que no se debe generalizar ni criminalizar una actividad legal basada en la pesca responsable.


