Casado recurre a la economía como ariete contra Sánchez

El Ejecutivo trabaja en una reforma tributaria para cuando amaine la crisis, aunque Nadia Calviño, ha negado una subida de impuestos a «corto plazo»

Pablo Casado durante una intervención en el Congreso / Archivo RTVC

En un clima de crisis económica, el líder del PP, Pablo Casado, presiona al Gobierno con la amenaza de que el plan de recuperación de la UE conlleve recortes.

Lo hace a la vez que enarbola contra Pedro Sánchez las banderas tradicionales del PP: baja fiscalidad, unidad de España, lucha contra el terrorismo o libertad individual.

Con el Gobierno forzado a reducir su previsión de crecimiento del PIB este año en 3,3 puntos -hasta el 6,5 %-, la incertidumbre de los fondos europeos y el temor de que el ritmo de vacunación impida salvar la temporada turística del verano, el PP ha encontrado en la economía y la fiscalidad un ariete contra Sánchez.

El PP ha reclamado un pleno monográfico sobre empleo y ha alertado de un hachazo fiscal.

Además, Casado ha presionado a Sánchez con el fantasma de los recortes de la última crisis económica.

«Viene a restregarnos que tiene que ser rescatado por su incompetencia y por sus mentiras (…) ¿Y los recortes que está ocultando, señor Sánchez?», interrogó Casado a Sánchez en el Congreso.

El PP compara la situación de Sánchez con la de José Luis Rodríguez Zapatero en 2010.

Entonces, el expresidente tuvo que recortar el gasto público tras ganar las elecciones negando la crisis y, obligado por Bruselas, pactó con Mariano Rajoy modificar el artículo 135 de la Constitución y reformar la Ley Presupuestaria y de Sostenibilidad Financiera para fijar un límite de déficit y endeudamiento.

Génova cree que la historia podría repetirse y Casado aspira a erigir al PP en salvador de la nueva crisis.

La España de 2021 difiere sin embargo de la de 2011.

Entonces las medidas de austeridad del PSOE fueron el germen de la ruptura del bipartidismo y el nacimiento de Podemos.

El PSOE ya no controla en solitario La Moncloa y Unidas Podemos -asume el PP- no permitirá recortes.

Los ‘populares’, que también tienen a su derecha un adversario entonces inexistente -Vox-, vaticinan tormenta en la coalición y especulan con la posibilidad de que el PSOE deba reformular sus alianzas.

También el Gobierno compara la actual crisis con la anterior, aunque para defender que su receta es distinta a la de entonces: frente a la austeridad, más gasto público para ayudar a los colectivos vulnerables y más inversiones en sectores estratégicos para fomentar el crecimiento.

El Ejecutivo trabaja en una reforma tributaria para cuando amaine la crisis, aunque la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Nadia Calviño, ha negado una subida de impuestos a «corto plazo».

No obstante, el plan de recuperación señala que a «medio plazo» España sí debe recuperar «la senda de sostenibilidad (…) a través del refuerzo del sistema fiscal, de la mejora de la eficiencia del gasto público y de la adopción de reformas en el sistema de pensiones».

El PP tiene en su punto de mira las reformas y acusa a Sánchez de pretender ocultarlas.

Casado ha endurecido además su tarea de oposición, recalcando, como le recomendó el expresidente José María Aznar, los pilares de la ideología del PP: disciplina fiscal, rebajas fiscales o «mantener la casa en orden».

Ante las restricciones a causa de la pandemia, Casado opone la libertad individual al «intervencionismo orwelliano». La misma disyuntiva entre comunismo y libertad que esgrime Isabel Díaz Ayuso en las elecciones madrileñas.

Además, ha comparado a Sánchez con Napoleón y le acusa de querer socavar las instituciones desde dentro para gobernar sin contrapesos y por decreto.

También salpica sus intervenciones con alusiones a la falta de seguridad ciudadana, la okupación ilegal o la inmigración irregular, elementos presentes en el discurso de Vox.

Y ha redoblado sus críticas al Gobierno por sus acuerdos con el independentismo y, sobre todo, por pactar con Bildu porque el pago, denuncia, es acercar presos etarras.

La última iniciativa legislativa del PP ha sido registrar una proposición de ley para que las víctimas del terrorismo etarra puedan presentar alegaciones ante los acercamientos y sean informadas de los beneficios penitenciarios. 

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