Los vecinos recalcan que las instituciones no están haciendo las labores suficientes para preservar este paraje natural. Ahora, frente a la sequía y su abandono, sufre un daño casi irreversible
El cambio climático continúa dejando huella en el planeta. Ejemplo de ello es la dura imagen que presentan las charcas de San Lorenzo, en Gran Canaria. Disponen de muy poca agua, sobre todo ante la inminente llegada del verano.
La sequía ha causado importantes estragos en este espacio natural protegido, y la bifauna está pagando las consecuencias. Asimismo, el abandono de la actividad agraria también ha hecho mella.
Por otro lado, las instituciones han encontrado infinidad de dificultades para hacerse con las charcas de San Lorenzo. «Es imposible intervenir en esa zona, a no ser que las adquieran», señala la consejera Medio Ambiente Cabildo de Gran Canaria, Inés Jiménez.
Estanques de barro, acequias, cantoneras y acueductos centenarios son algunas de las maravillas que adornan este espacio en decadencia. Asimismo, antes era parada y fonda de 45 especies de aves migratorias. No obstante, en la actualidad, ya no tienen presencia.
Descontento ante la mínima actuación de las instituciones para preservar las charcas de San Lorenzo
Hay varias ideas para regenerar este ecosistema, como un gran parque medioambiental o presentar a Europa un proyecto para la recuperación de humedales. Hasta el momento el Cabildo ha conseguido recuperar caminos y realizar limpiezas en el barranco.
No obstante, la plataforma vecinal denuncia dejadez de las instituciones. Acusan al Cabildo y al Ayuntamiento de inacción, y asegura que sus promesas ‘se las llevó el viento’.
El paraje sufre un daño casi irreversible y esta camino de convertirse en un erial. «El agua del interior de la tierra se sigue utilizando como moneda de enriquecimiento, cuando debería utilizarse para preservar los valores ambientales que tiene la zona», infiere Honorio Galindo, miembro de la plataforma Salvar Las Charcas de San Lorenzo.