La ULPGC participa en la creación de una base de datos de expresiones faciales de homínidos que no nos crean rechazo, por lo que útiles en investigaciones psicológicas
Son caras humanoides, pero no humanas. La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) forma parte de un grupo de universidades y centros de investigación europeos que trabaja en la conformación de una base de datos de expresiones faciales de homínidos para que funcionen como estímulos en experimentos psicológicos. Según explica Juan Olvido Perea García, profesor distinguido, adscrito al programa Beatriz Galindo, esta base, llamada ApeFD, contiene unas 620 imágenes realistas de 31 modelos de homínidos.
Es una avance muy útil para experimentos psicológicos. En muchas de estas investigaciones es necesario presentarle a los sujetos estímulos visuales de caras con alguna modificación (por ejemplo, se cambia el color de los ojos por uno que no es posible en la realidad). Si la expresión facial modificada resulta poco natural, la reacción puede verse contaminada, porque no se produciría por esa extrañeza, no por el estímulo.
Con estas nuevas expresiones, se elimina esta variable, ya que se ha comprobado que no «perturban» a quien las mira. Además, son editables para adaptarlas a las diferentes investigaciones. Esto facilita el estudio de la percepción del rostro más allá de los límites de la variación humana existente. De este modo, se amplía la capacidad para investigar los mecanismos cognitivos y perceptivos tanto en humanos como en primates no humanos.

Uso de Inteligencia Artificial
Para elaborarla, se ha utilizado Inteligencia Artificial Generativa, con herramientas con Midjourney o GetImg.ai que posteriormente fueron renderizadas. Así, se crearon expresiones lo bastante parecidas a las humanas, pero a la vez lo suficientemente diferentes para que, cuando se cambien rasgos de manera que no parezcan humanos (como una esclerótica totalmente oscura, por ejemplo), no viole las expectativas de familiaridad. Así es como se denomina a las anticipaciones que las personas hacen sobre interacciones sociales y experiencias basándose en un conocimiento previo.
Expectativas de familiaridad
Hasta ahora, en el campo de la Psicología, uno de los problemas en la investigación de la percepción de rasgos faciales es que los estímulos puedan percibirse como extraños. Por ejemplo, si se presentan colores de ojos que no ocurren naturalmente, la percepción puede darse por lo extraño que resulte el estímulo, más que por propiedades inherentes de esos colores en la percepción humana. El uso de la IAG ha servido para generar estos estímulos desde cero, evitando así la violación de expectativas previas.
Un ejemplo para el que sería aplicable esta base de datos de estímulos faciales sería evaluar el impacto de la morfología ocular en las primeras impresiones. En varios estudios anteriores, tanto por parte del equipo responsable de esta base de datos como de otros equipos, se modificó el “blanco” de los ojos (la esclerótica) de personajes ficticios (homínidos, alienígenas, etc.). El fin era averiguar cómo este cambio influía la percepción de cooperatividad.
La “hipótesis del ojo colaborativo” propone que la esclerótica humana está desprovista de pigmento para facilitar el seguimiento de la mirada. Un humano con la esclerótica muy oscura resulta extraño ya que no es común. Los investigadores esperan que los retratos generados por IA puedan evitar el choque con expectativas previas.

Ventajas de los «humanoides no humanos»
La utilidad de crear modelos “humanoides pero no humanos” trasciende lo académico. Puede ser aplicado a otros campos como el diseño, el cine o el desarrollo de videojuegos, donde se pueden usar los masters editables de ApeFD para crear modelos.
Esta investigación está promovida por la Universidad Miguel Copérnico de Torun, en Polonia, y participan en ella, además de la ULPGC, otros centros de investigación polacos como la Universidad de Salud y Ciencias del Deporte de Wroclaw, y la Academia Polaca de Ciencias. Los resultados se han dado a conocer en Scientific Reports, una publicación del portafolio Nature.

En palabras del profesor Perea García, “una de las cosas que hacen que esta publicación sea atractiva para no especialistas es que nos hemos preocupado de incluir plantillas para modificar los estímulos muy fácilmente, sin necesidad de ser un experto. También es fascinante observar estas caras y preguntarse qué afecta nuestras percepciones de que sean más o menos humanos”.