El sistema, validado en La Palma y México, también detecta el final de la actividad eruptiva en solo tres horas, mejorando la gestión de emergencias
Una investigación internacional liderada por la Universidad de Granada (UGR) ha desarrollado un sistema basado en inteligencia artificial y Teoría de la Señal. Se trata de una tecnología que puede predecir erupciones volcánicas con al menos 12 horas de antelación y confirmar su finalización en apenas tres horas. Este método supone un salto cualitativo en la gestión de riesgos y la protección civil.
El procedimiento, validado con éxito durante las erupciones del volcán Tajogaite en La Palma (2021) y del Volcán de Fuego de Colima (México), analiza en tiempo real los parámetros sísmicos para anticipar la actividad eruptiva y comprender su evolución.
IA y señales sísmicas para anticipar el magma
El estudio, en el que colaboran expertos de la Universidad de Colima (México), el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) y la Universidad de Canterbury (Nueva Zelanda), abre el camino hacia una nueva generación de herramientas de pronóstico volcánico.
El sistema se centra en tres indicadores clave: la entropía de Shannon, el índice de frecuencia y la curtosis. La entropía refleja el grado de desorden en las señales sísmicas, y su descenso indica que los sismos se organizan, un patrón que suele preceder a una erupción. El índice de frecuencia detecta variaciones en las frecuencias dominantes asociadas a distintos tipos de actividad magmática, mientras que la curtosis permite reconocer eventos sísmicos impulsivos.
Resultados en volcanes de todo el mundo
La técnica ha sido probada en volcanes de España, México, Grecia, Italia, Estados Unidos, Perú y Rusia, con resultados consistentes. En el caso de La Palma, los investigadores lograron anticipar la erupción del Tajogaite con más de nueve horas de antelación. Identificaron, además, el final del proceso casi en tiempo real gracias a un cambio abrupto en la entropía de Shannon, coincidente con la última emisión visible de lava.
En el Volcán de Fuego de Colima, el análisis de una década de datos (2013-2022) permitió detectar el inicio de fases eruptivas intensas. También, el crecimiento de domos de lava y la transición hacia el reposo volcánico.
Hacia sistemas de alerta temprana más eficaces
Según los responsables del proyecto, la incorporación de esta metodología en los sistemas de monitorización volcánica permitirá activar protocolos de evacuación con suficiente antelación, reduciendo el riesgo para la población.
“Una alerta temprana de 12 horas podría salvar vidas y minimizar el impacto social y económico de una erupción”, subrayan los investigadores. Consideran este avance un paso decisivo hacia una vigilancia volcánica más precisa, automatizada y humana al mismo tiempo.


