La recién elegida secretaria general, Despina Chatzivassiliou-Tsovilis, pondrá en marcha un seminario contra el sexismo para el personal de la Secretaría y de la Asamblea
Desde que en 1949 naciera la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa para asentar la paz y el Estado de Derecho en el continente europeo tras las Segunda Guerra Mundial, su Secretaría General nunca había estado en manos de una mujer.
Despina Chatzivassiliou-Tsovilis (Atenas, 1967) se convirtió en la primera, al obtener una victoria aplastante (240 votos frente a 60) el pasado 26 de enero frente al anterior secretario general, el polaco Wojciech Sawicki.
El objetivo de este puesto es velar por el buen desarrollo de los trabajos parlamentarios de los 324 miembros titulares y otros tantos suplentes que proceden de los 47 países miembros de la organización paneuropea.
Despina Chatzivassiliou
Con la mente puesta en el Día Internacional de la Mujer, Chatzivassiliou-Tsovilis asegura que «sin el apoyo de mi marido, no me hubiera postulado a este puesto» y añade que «necesitamos a los hombres si queremos trabajar para alcanzar la igualdad».
Hace notar con orgullo que la secretaria general del Consejo de Europa y su comisaria de Derechos Humanos también son mujeres, así como la primera vicepresidenta de Estados Unidos.
«No me gustaría que cayéramos en la trampa de decir que elegimos a mujeres porque son mujeres y no quiero creer que es mi caso; el hecho de que yo haya sido apoyada por delegaciones que no denominaría como feministas, lo demuestra», declara.
Estereotipos de género
Señala al respecto que «una mujer debe hacer más que un hombre para demostrar que es capaz de acceder a puestos de alta responsabilidad. Nos planteamos más dudas y preguntas que los hombres y nos preguntamos más veces que ellos si podemos hacerlo».
Desde el despacho que ocupa desde el 1 de marzo en la sexta planta del Palacio de Europa, en Estrasburgo, la secretaria general explica que, a pesar del «gran progreso» hecho por las mujeres, «seguimos siendo víctimas de ciertos estereotipos que yo misma he vivido».
«En mis 27 años en el Consejo de Europa, he sido apoyada por varios hombres, pero también he sufrido los prejuicios y los estereotipos clásicos. Habría que intentar romper con todo eso», asegura.
‘No hay que hacerse la víctima’
«El combate -añade- es difícil, pero no hay que hacerse la víctima, sino hacerse valer. No hay que dudar, hay que arriesgarse».
Según Chatzivassiliou-Tsovilis, «una mujer no debe avergonzarse por tener vida familiar y privada, y eso tampoco debería impedirle dedicarse a opciones profesionales más importantes».
En este sentido, recuerda que en el cómputo global hay un 40 % de trabajadoras, pero sólo un 6 % de directivas.
La cámara del Consejo de Europa jugó un papel importante en el nacimiento del Convenio de Estambul contra la violencia hacia las mujeres, que acaba de celebrar su décimo aniversario.
La nueva secretaria general expresa su preocupación por la situación de la prevención y combate de la violencia machista en algunos países, al afirmar que «estamos ante un posible retroceso muy importante».
#NoenmiParlamento
«Es urgente centrarse en este problema social», dice. Propone sensibilizar a los estudiantes, ir a las universidades, mantener encuentros con la sociedad. «Las ideas son fáciles de aplicar, pero la crisis sanitaria puede retrasarlas».
Expresa su sorpresa por los resultados del estudio de la campaña «#NoenmiParlamento» contra el sexismo, el acoso y la violencia contra las mujeres: Un 85 % de parlamentarias dijo haber sido víctimas de violencia psicológica y un 25 % de violencia sexual.
Uno de sus primeros retos es poner en marcha un seminario contra el sexismo para el personal de la Secretaría General y los miembros de la Asamblea, aprobado en 2019 y pendiente de celebrarse por la pandemia.
También destaca el desafío de aumentar el porcentaje de mujeres en la Cámara: un 37 % en 2020, inferior al 41 % en 2016.