En dos años se prevé que las boyas ya puedan aportar información a la comunidad científica
El Cabildo de Lanzarote, en colaboración con un equipo científico de la ULPGC y del Gobierno de Canarias, trabaja desde hace un año en un proyecto de investigación, que incluye la puesta en funcionamiento de dos boyas oceanográficas de última generación, con el fin de conocer el impacto real del cambio climático en el océano y su repercusión para la vida.
Ubicadas entre Lanzarote y la Isla de Lobos, las boyas ayudarán a conocer el impacto del cambio climático en el océano. Permitirán una observación precisa gracias a su tecnología, además de la obtención de datos de altísimo valor sobre el estado del medio marino.
El estudio de estos datos se integrará en las redes canarias y de la Macaronesia para apoyar la investigación internacional.
Equipo multidisciplinar
Un equipo multidisciplinar coordinado por Ezequiel Navío, se ocupa de la localizar las ubicaciones adecuadas para estas boyas. Deben cumplir requisitos técnicos como una profundidad de entre 10 y 15 metros, un sustrato rocoso y que permita la observación de vida piscícola, entre otros.
Hasta el momento se han realizado nueve inmersiones en distintas zonas con este fin y se espera que su colocación sea efectiva antes de fin de año.
En la última inmersión, realizada en el Estrecho de la Bocaina, participó activamente la consejera de Patrimonio, Ariagona González. Licenciada en Ciencias del Mar, la consejera apoyó la acción y destacó la necesidad de esta investigación ante la urgencia climática.
Efectos del calentamiento global
En ese sentido, Ariagona González indicó que “el incremento de la temperatura del mar en Canarias es muy significativo”. El clima está íntimamente relacionado con las condiciones oceánicas.
González mostró también su preocupación por las consecuencias del cambio climático, recalcando que “es una realidad de consecuencias graves, que ni siquiera imaginamos, para todas las especies y va a cambiar de manera extraordinaria la vida. En nuestro mar, igual que en la tierra, están pasando cosas muy graves, como las olas de calor o la acidificación del medio con la consecuente aparición de plagas, y todo eso está alterando la biodiversidad y los ecosistemas. Necesitamos datos reales para tomar medidas y proteger los recursos y a la población”, destacó.
Concluida la investigación para la ubicación de las boyas, se pondrá en marcha una campaña divulgativa para dar a conocer el proyecto a la sociedad y explicar su importancia no sólo para la conservación del medio sino de la propia vida.