Un amplio dispositivo rastrean por mar, tierra y aire desde la punta de Anaga a Güímar
Los medios movilizados en el dispositivo de búsqueda de un padre y sus dos hijas, de 1 y 6 años, desaparecidos desde el martes en Tenerife, hallaron un silla infantil de retención en vehículos flotando en el mar. En la mañana de este viernes trascendió que la misma pertenece a una de las menores desaparecidas.
Desde primera hora, un amplio dispositivo de búsqueda, formado por medios de la Guardia Civil, Salvamento Marítimo y el Grupo de Emergencias y Salvamento, rastrean varias zonas por mar, tierra y aire. En concreto, entre la punta de Anaga y Güímar, en busca de los desaparecidos.
Además, Salvamento Marítimo hizo un llamamiento a todas las embarcaciones que se encuentren en tránsito por la zona donde fue hallado, vacío y a la deriva, el barco propiedad del padre, Tomás Antonio G. Con el objetivo de que estén atentos por si pudieran avistar algún indicio que pudiera facilitar las labores de búsqueda.
El dispositivo se mantendrá activo hasta la puesta del sol y se retomará previsiblemente mañana a primera hora. Confirmaron a Efe fuentes de la Guardia Civil.
De acuerdo con la denuncia de la madre, Tomás Antonio G. se llevó a sus hijas el martes a las 17.00 horas y tendría que haberlas devuelto a las 21:00.
Al parecer, una llamada del hombre a su expareja avisándola de que no volvería a ver a las niñas ni a él, alertó a la mujer. Así es que esta denunció la desaparición de las menores a la Guardia Civil, que desde el primer momento consideró el caso como una desaparición de alto riesgo.
En la medianoche del martes al miércoles, el hombre, según registraron las cámaras de la Marina de Santa Cruz, zarpó solo en su barco. Al barco lo localizaron horas más tarde sin ocupantes y a la deriva.
Además, un vigilante vio cómo sacó de su vehículo y cargó en la embarcación bolsos, maletas y bolsas de ropa.
Las fuentes de la investigación han indicado que la mujer ya se había quejado en diciembre ante la Guardia Civil de que su expareja la había amenazado verbalmente, pero no quiso presentar denuncia.
No obstante, los agentes realizaron un seguimiento de oficio y, en marzo, volvieron a preguntarle. La mujer dijo entonces que el episodio de las amenazas de diciembre no se había repetido.