La instalación, primera del mundo en operar de forma autónoma y fuera de red en alta montaña, consigue evitar más de 600 toneladas de CO₂
El Teleférico del Teide ha cumplido su primer año de funcionamiento impulsado exclusivamente por energía solar, convirtiéndose en el primero del mundo en operar de forma autónoma y fuera de red en alta montaña. Este hito, que evita la emisión de más de 600 toneladas de CO₂, consolida a Tenerife como referente internacional en sostenibilidad y gestión responsable de espacios naturales.
La presidenta del Cabildo de Tenerife y de Teleférico del Teide, Rosa Dávila, destacó que este logro “demuestra que Canarias puede liderar la innovación sin renunciar a la protección del Teide ni a la excelencia del servicio”. Subrayó que “haber culminado este primer año sin emisiones contaminantes confirma que la sostenibilidad es un camino real y posible desde Tenerife hacia el mundo”.
Impacto ambiental equivalente a un bosque de 25.000 árboles
El proyecto, desarrollado por Volcano Teide con una inversión de 2 millones de euros procedentes de fondos propios y europeos Next Generation, ha permitido que la instalación evite una contaminación equivalente al consumo eléctrico anual de 700 hogares o a la absorción de 24.700 árboles. Si la tendencia se mantiene, en cinco años el beneficio climático superará el equivalente a 125.000 árboles.
El director general de Volcano Teide, Ignacio Sabaté, resaltó que “mover el teleférico con el sol ya no es un proyecto, es una realidad que supera las expectativas”. Aseguró que el Teide “se ha convertido en un laboratorio natural de sostenibilidad que demuestra que la transición energética es viable incluso en condiciones extraordinariamente exigentes”.
Energía limpia en un entorno protegido
Por su parte, la consejera de Medio Natural, Sostenibilidad y Emergencias, Blanca Pérez, afirmó que el teleférico confirma que “es posible aplicar soluciones energéticas limpias en espacios protegidos sin alterar su equilibrio”.
El director técnico de la empresa, Luis Pintor, explicó que los paneles fotovoltaicos “se integraron sin ocupar nuevo suelo ni alterar el parque nacional”, y apuntó que el proyecto “ha generado empleo cualificado y formación especializada”.
Los responsables del Teleférico subrayan que la experiencia servirá como modelo para otras infraestructuras turísticas y zonas aisladas del planeta. “El Teide es hoy un laboratorio vivo de sostenibilidad que combina tecnología y naturaleza en equilibrio”, concluyó Sabaté.


