Cada 1 de noviembre se hace un acto en la Sima de Jinámar en homenaje a los represaliados del régimen franquista
Asociaciones de Memoria Histórica de Gran Canaria se dieron cita este sábado Día de Todos Los Santos en la Sima de Jinámar, una cavidad volcánica donde fueron arrojados un centenar de represaliados por el franquismo.
Este es un acto que realizan cada 1 de noviembre desde hace 51 años con el objetivo de rescatar del olvido un episodio oscuro de la historia, así como rendir homenaje a las víctimas de la dictadura.
La Sima, Bien de Interés Cultural
Alrededor de 250 personas han tenido la oportunidad de acercarse a las historias que yacen en la Sima de Jinámar gracias a las visitas guiadas del Cabildo que han tenido lugar desde el 17 de octubre. Tuvieron su colofón en la tarde del viernes 31 de octubre, precisamente el Día de Recuerdo y Homenaje a las Víctimas del Golpe Militar, la Guerra y la Dictadura en España.
La Sima de Jinámar, con unos 80 metros de profundidad, es una chimenea volcánica formado hace más de 3.000 años. Este enclave natural, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Sitio Histórico, no solo es un lugar de enorme interés geológico, sino también un espacio cargado de memoria traumática que ha marcado la historia de Gran Canaria en distintos momentos, tal y como subraya el Servicio de Patrimonio Histórico.
Los cronistas, según la información que se ha facilitado a los y las visitantes, ya mencionaron la sima vinculada a un episodio trágico: el ajusticiamiento de los frailes mallorquines que intentaron evangelizar la isla en el siglo XIV. Tras la revuelta de los antiguos habitantes de Gran Canaria contra los abusos europeos, arrojaron sus cuerpos al interior de esta formación volcánica, poniendo fin al llamado Obispado de la Fortuna.
La mayor fosa común de la isla
Siglos después, agrega el Servicio de Patrimonio Histórico, el lugar volvió a ser escenario de hechos dolorosos. Durante la represión que siguió al golpe militar de 1936, la sima se convirtió en un espacio de desaparición forzada y represión. Aquí arrojaron a opositores políticos, sindicalistas y personas vinculadas a organizaciones republicanas. Algunas estimaciones apuntan a que se asesinaron a más de un centenar de personas en este lugar, siendo así, posiblemente, la mayor fosa común de Gran Canaria.
La primera intervención arqueológica que se realiza en el interior de la Sima de Jinámar fue impulsada por el Cabildo de Gran Canaria en octubre de 2024 y permitió documentar restos óseos pertenecientes a tres o cuatro varones adultos y evidencias de impactos de bala craneales, además de dos casquillos y objetos personales, tales como una moneda, un peine o restos de suela.
Estos hallazgos, en su conjunto, supusieron una prueba de valor científico de un contexto de represión tras la sublevación militar franquista en Gran Canaria y del uso de la cavidad volcánica como lugar de ejecución y ocultación de los cadáveres de personas represaliadas.


