La reapertura del Templo Masónico en la capital de Tenerife nos recuerda la importancia histórica de este edificio. Vemos cómo nació, qué usos ha tenido y cómo ha llegado hasta nuestros días
La literatura, el cine y hasta las paranoias del dictador Franco, han convertido en misterio todo lo que rodea a la palabra masónico y sus derivados. Esta puede ser una de las razones de que tantas miradas se giren en la calle San Lucas de Santa Cruz de Tenerife hacia el Templo Masónico. Sin duda, esta curiosidad la despierta también su arquitectura.
En su fachada encontramos columnas, relieves y un aire de misterio que parece rodearlo desde hace más de un siglo. Ahora, con su reciente reapertura en la tarde de este lunes tras un largo proceso de restauración, el edificio vuelve a recobrar una actividad de la capital tinerfeña. Vamos a repasar la historia de este edificio y su importancia a día de hoy.
Un edificio único en España
El Templo Masónico de Santa Cruz no es solo un edificio singular: es uno de los pocos templos masónicos históricos que se conservan íntegramente en España. Para muchos expertos, un importante ejemplo de arquitectura masónica en Europa. Fue construido entre 1899 y 1902 por la logia Añaza nº 270, una de las más influyentes del Archipiélago a comienzos del siglo XX. La fachada no se terminó hasta 1923.
Su fachada neoclásica está cargada de símbolos masónicos: columnas jónicas, el triángulo con el ojo que todo lo ve, escuadras, compases y relieves alusivos a la sabiduría y la luz. Todo en su diseño tiene un sentido iniciático, pensado para representar el camino del conocimiento y la fraternidad.
De templo secreto a refugio olvidado
Durante los primeros años del siglo XX, el edificio fue un espacio de encuentro para intelectuales, médicos, comerciantes y políticos que formaban parte de la masonería tinerfeña. Pero esa época de esplendor se truncó bruscamente tras la Guerra Civil, cuando la orden fue prohibida y perseguida.
Francisco Franco basó buena parte de su retórica en lo que denominó la «conspiración judeo-masónica». Una supuesta trama en contra de España urdida por los judíos y por la masonería en secreto. Tanto la obsesión del dictador como la campaña propagandística con la que esparció los bulos para sustentar sus teorías, están hoy ampliamente estudiadas. El régimen franquista llegó a promulgar la Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo de marzo de 1940.
Ya desde la guerra civil se notó la persecución. El templo fue confiscado y destinado a otros usos, desde almacén militar hasta archivo o incluso refugio durante los bombardeos. Durante décadas, su significado original permaneció silenciado y su estado, cada vez más deteriorado, parecía condenarlo al olvido.
La recuperación de un símbolo
No fue hasta finales del siglo XX cuando la sociedad comenzó a reconocer el valor patrimonial y simbólico del edificio. En 2007 fue declarado Bien de Interés Cultural, y en los últimos años se han desarrollado importantes obras de restauración y rehabilitación impulsadas por el Ayuntamiento de Santa Cruz y otras instituciones.
El gobierno local de Santa Cruz de Tenerife ha solicitado al Estado el archivo de las logias masónicas de Canarias. Esta petición se ha realizado al Archivo General de la Guerra Civil Española, ubicado en Salamanca.
El objetivo de esta recuperación completa ha sido devolverle su aspecto original y adaptarlo como espacio cultural y de interpretación histórica, respetando sus símbolos y su carácter masónico. La reapertura marca un nuevo capítulo en la historia del templo, que ahora podrá visitarse y conocerse desde una mirada abierta y divulgativa.


