Lula ordena intervenir la seguridad de Brasilia para frenar a los «vándalos» que invadieron el Congreso de Brasil
Las fuerzas de seguridad brasileñas han logrado recuperar el control del Palacio de Planalto –sede presidencial– y del Congreso de Brasil, con lo que ya han expulsado a los simpatizantes de Jair Bolsonaro de las sedes de los tres poderes del Estado.
Los agentes de la Policía Militar han logrado recuperar el control del Congreso a primera hora de la noche empleando medios antidisturbios y granadas aturdidoras, informa ‘O Globo’.
También han desplazado a los asaltantes del Palacio de Planalto, el palacio presidencial, aunque los manifestantes continúan concentrados en la conocida como Explanada de los Ministerios comunica todos estos edificios, ahora contenidos por un cordón de seguridad de los agentes.
Previamente las fuerzas de seguridad habían desalojado a los manifestantes de la sede del Tribunal Supremo Federal, donde han provocado importantes daños materiales.
Cientos de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro ha superado las barreras policiales y ha invadido la sede del Congreso de Brasil, el palacio presidencial, el Palacio de Planalto, y a la sede del Tribunal Supremo Federal en Brasilia. En el marco de una manifestación contra el nuevo presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
Lula sigue los hechos desde Sao Paulo
Con estos acontecimientos, Lula ha firmado un decreto para que el Gobierno federal asuma las competencias de seguridad en el distrito federal de Brasilia, después del asalto de «vándalos» contra las principales instituciones políticas y judiciales del país.
Desde el estado de Sao Paulo, adonde Lula había viajado para supervisar los estragos causados por las inundaciones, el mandatario ha condenado la violencia de las últimas horas, que «no tiene precedentes». «Nunca se ha hecho en la historia de este país«, se ha lamentado durante un discurso en el que ha recordado sus propias derrotas electorales.
Acampadas por el golpe de estado
Los simpatizantes de Bolsonaro han acampado frente a diferentes cuarteles de las Fuerzas Armadas brasileñas para exigir un golpe de Estado para «salvar Brasil» y deponer a Lula, vencedor de las elecciones de octubre de 2022.
Las fuerzas de seguridad no han disuelto estas concentraciones tampoco frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia, punto de partida de la manifestación que ha terminado con la toma del Congreso. Las acampadas comenzaron tras confirmarse la derrota electoral de Jair Bolsonaro frente a Lula.
Reacciones políticas
Tras estos incidentes, Fávio Dino, el ministro de Justicia y Seguridad Pública del nuevo gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, ha advertido de que los intentos «absurdos» de imponer por la fuerza un intento de golpe de Estado «no se impondrán» en respuesta a la toma por parte de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro de la sede del Congreso en Brasilia.
«Ese absurdo intento de imponer su voluntad por la fuerza no se impondrá. El Gobierno del Distrito Federal afirma que habrá refuerzos y las fuerzas de que disponemos están trabajando. Estoy en la sede del Ministerio de Justicia», ha afirmado Dino, según recoge el diario ‘Folha de Sao Paulo’.
También el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, ha criticado las acciones de los manifestantes y ha advertido de que «deben sufrir con urgencia el rigor de la ley».
«He hablado hace poco por teléfono con el gobernador del Distrito Federal, Ibaneis Rocha, con quien mantengo un contacto permanente. El gobernador me ha informado de que está concentrando los esfuerzos de todo el aparato policial para controlar la situación», ha publicado Pacheco en redes sociales.
«En esta acción están participando las fuerzas de seguridad del Distrito Federal y la Policía Legislativa del Congreso. Condeno vehementemente esos actos antidemocráticos que deben sufrir el rigor de la ley con urgencia«, ha añadido.
Mientras, el portavoz del bloque del Gobierno en el Congreso, Randolfe Rodrigues, ha abogado por la unión de los demócratas ante este ataque de «terroristas». «Los antidemócratas criminales no pueden andar libremente. No hay que tolerar a los intolerantes. Esperamos la dura aplicación de la ley a todos los implicados en esas acciones», ha indicado.