Diez jóvenes aprenden a dominar la aguja y el hilo, gracias a la Fundación Canaria El Buen Samaritano. Algunos aprenden a coser desde cero y otros elaboran diseños que bien podrían verse en pasarela
Diez jóvenes migrantes aprenden, gracias a la Fundación Canaria El Buen Samaritano, costura y patronaje. Cada día acuden al taller con ganas de formarse para lograr un trabajo, socializar y dominar el castellano.
«Aprenden una profesión que pueda servirles como enganche para conseguir trabajo», señala Feliciano Rodríguez, estilista de moda y profesor en Fundación Canaria El Buen Samaritano, unos talleres a los que acuden diariamente y que reciben unos 15 encargos por semana. «No solo hacemos arreglos, sino hacemos cualquier cosa que nos pidan. Es decir, si quieres hacerte un pantalón, podríamos hacértelo perfectamente», concreta.
«Aprendo a coser aquí, aprendo patronaje, también aprendo el español mucho también», cuenta Mustapha Sannoh, uno de los 10 alumnos que durante 4 meses aprovechan el taller de costura de la Fundación Canaria El Buen Samaritano.

Telas traídas de Senegal
Las telas que usan son 100% algodón y traídas de Senegal porque «tratamos de hacer cosas con las que ellos se sientan identificados», explica Rodríguez. Son 10 los alumnos que durante 4 meses aprovechan este taller.
«Es decir, yo voy a aprovechar el tiempo y aprendo cosas nuevas. Es mi sueño ser médico o trabajador social, también«, afirma Sannoh.
En cuanto a la experiencia, Rodríguez resalta que, «a lo mejor de costura no me han enseñado mucho, pero de la vida me han enseñado muchísimo«.


