Tras tres meses de bloqueo israelí a la entrada de suministros, la hambruna se ha cobrado ocho nuevas muertes, entre ellas las de dos bebés de meses

Al menos ocho personas han muerto en la Franja de Gaza en las últimas 24 horas, entre ellos dos bebés de meses, debido a la hambruna que asola a la Franja tras meses de bloqueo israelí a la entrada de suministros, según fuentes médicas locales.
«Se registraron ocho nuevas muertes, entre ellas dos niños, en las últimas 24 horas debido a la hambruna y la desnutrición. Esto eleva el total de víctimas a 281, incluidos 114 niños» desde el inicio de la ofensiva bélica israelí, detalló este sábado en un comunicado el Ministerio de Sanidad gazatí.
Uno de los bebés muertos es la niña Ghadeer Brika, de cinco meses y que falleció ayer en el Hospital Naser de Jan Yunis (sur) tras sufrir «desnutrición severa», confirmó el doctor Ahmed.
Si bien la menor sufría atrofia y parálisis cerebral desde su nacimiento, no ha sobrevivido a la escasez de alimento y de complementos nutricionales.
«Murió por falta de leche», declaró el padre de la niña, Ashraf Brika, a la agencia palestina Wafa, tras explicar que intentó conseguir sin éxito fórmula infantil (que es altamente nutritiva) en la devastada Franja.
Según la familia de la niña, su madre, Sahar Salim Brika, de 31 años, también padece desnutrición y no podía alimentar a su hija.
La ONU declara la hambruna
Naciones Unidas declaró este viernes, por primera vez en Oriente Medio, la existencia de una hambruna en la ciudad de Gaza y urbes colindantes que ya afecta a más de medio millón de personas. El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Tom Fletcher, afirmó que se trata de una hambruna «predecible y evitable» causada por el hombre.
En otro comunicado, el Ministerio de Sanidad gazatí instó hoy a la comunidad internacional a «actuar» contra el genocidio y el hambre e ir más allá de las meras declaraciones.
«Enfatizamos que la instigación de la hambruna es solo un elemento en los capítulos del genocidio, que también incluye la destrucción sistemática del sector salud y otros sectores, las matanzas masivas y la política de erradicación generacional», denuncia el texto.
«Cientos de muertes podrían haberse evitado, y las vidas de miles están en juego», añade.