Unas 7.000 personas esperaron ver la tradicional Danza del Diablo de Tijarafe, que durante 20 minutos danzó acompañado de cabezudos y fuegos artificiales
La isla de La Palma volvió a vibrar con una de sus celebraciones más emblemáticas: la Danza del Diablo de Tijarafe, un espectáculo centenario que combina tradición, fervor popular y un despliegue pirotécnico. La cita, enmarcada en las Fiestas en honor a la Virgen de Candelaria, reunió en la madrugada del 8 de septiembre a cerca de 7.000 personas, entre vecinos y visitantes que no quisieron perderse la cita más esperada del municipio.

El momento culminante llegó a las 3:15 de la madrugada, cuando hizo su entrada el Diablo, figura central de la fiesta, que desató la emoción de los presentes. Durante veinte intensos minutos, el personaje recorrió la plaza rodeado de cabezudos y acompañado por un estallido constante de fuegos artificiales y chispas, mientras los más valientes se atrevían a acercarse al fulgor del espectáculo.
Declarada Bien de Interés Cultural y Fiesta de Interés Turístico de Canarias, la Danza del Diablo es mucho más que una tradición: es un símbolo de identidad para Tijarafe y un atractivo que cada año gana proyección fuera de la isla.
La representación culminó, como manda la tradición, con la victoria del bien sobre el mal y la derrota del Diablo, que se retiró entre aplausos y vítores. Sin embargo, su regreso ya tiene fecha: el 7 de septiembre de 2026, cuando volverá a encender la madrugada palmera con la misma fuerza de siempre.