La prueba de la huella dactilar confirma que el cuerpo rescatado es el de Olivia

Según la autoridad judicial, la toma de huellas practicada esta mañana al cuerpo rescatado anoche de las aguas de Tenerife permite confirmar que el cuerpo es el de la pequeña Olivia

La prueba de la huella dactilar confirma que el cuerpo rescatado frente a las costas de Tenerife este jueves es el de la niña de seis años Olivia, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

El cuerpo de la niña fue rescatado desde el buque oceanográfico Ángeles Alvariño en el interior de una bolsa de deportes lastrada en el fondo del mar por un ancla. A 1.000 metros de profundidad y a unos tres kilómetros de la costa de Tenerife.

El buque continúa la búsqueda en la zona de su hermana de un año, Anna, y de su padre, Tomás. Aún no se ha encontrado rastro de ellos.

Las niñas habían desaparecido el 27 de abril, cuando su padre no las devolvió a su madre, Beatriz, como tenía pactado. 

El buque oceanográfico continuará la búsqueda hasta el lunes

El buque, dotado de un sónar y un robot submarino, está de forma ininterrumpida rastreando una zona que tiene una profundidad de entre 1.000 y 2.000 metros y en principio continuará estos trabajos hasta el lunes 14 de junio aunque, según ha adelantado el delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana. La estancia se podría alargar unos días más en función de lo que se pueda encontrar.

Mientras que continúa la investigación supervisada por un juzgado de Güímar, municipio en el que apareció la lancha a la deriva del padre de las niñas, la sociedad canaria ha expresado hoy su indignación y tristeza por el hallazgo en el fondo del mar del cuerpo de Olivia y aguarda la expectativa de otras noticias que se anticipan también terribles.

El barco barre una superficie aproximada de diez millas cuadradas frente a la costa del municipio de Güímar, donde se encontró a la deriva la lancha de Gimeno

El buque Angeles Alvariño tenía previsto irse el martes de esta semana, pero justo un día antes encontraba una botella de aire y una funda nórdica. La participación de este buque ha permitido encontrar el cuerpo de Olivia en unas circunstancias muy complicadas.

A 1.000 metros de profundidad, la visibilidad es nula y la temperatura ronda los cero grados. En estas condiciones encontró el robot submarino Liropus el cuerpo sin vida de Olivia. Este robot no tripulado forma parte del equipamiento tecnológico de este buque oceanográfico.

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