El avión A400 de las Fuerzas Armadas con el primer grupo de evacuados de Kabul ha aterrizado en la madrugada de este jueves en la base aérea militar de Torrejón de Ardoz (Madrid) con 53 personas a bordo, cinco de ellas españoles y 48 afganos.
A las 4.30 horas y después de ocho horas de vuelo desde Dubái (Emiratos Árabes Unidos), la aeronave ha tomado tierra y ha abierto su portón trasero para que descendiera el primer contingente de evacuados, integrado en su mayoría por los afganos y sus familiares que han colaborado con España durante los últimos años en el país asiático.
A pie de pista, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y el de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, les han dado la bienvenida «lo más digna y acogedora posible» al charlar con cada una de las familias para trasmitirles «acogida y empatía».
«Hemos tenido una primera conversación que ha sido verdaderamente entrañable. Te cuentan su salida, las dificultades que han tenido, sus primeras sensaciones en el país… Es un momento realmente emocionante ante personas que tienen vidas tan difíciles y complicadas», ha relatado Escrivá a los medios.
Casi 50 afganos, entre ellos, diez menores
Los refugiados mostraban aspecto de fatiga por el largo viaje y las dificultades que han tenido que sortear para poder tomar el avión en Kabul, así como de sorpresa por los flashes de los numerosos medios gráficos que han cubierto la llegada.
Entre el casi medio centenar de afganos hay más de una decena de menores, uno de ellos de apenas un año que iba en brazos de su padre.
La primera mujer que ha saludado a los ministros vestía un «nicab» blanco (un velo que solo deja ver los ojos al descubierto); otras que han desfilado a continuación tenían un pañuelo sobre la cabeza o un gorra.
Tras saludar a los ministros, los evacuados se han dirigido al hangar aledaño a la pista para someterse a un test de diagnóstico de la covid-19 asistidos por personal del Ministerio de Defensa y de la Cruz Roja.
Ninguno de los refugiados ha hecho declaraciones a los medios por decisión del Gobierno.
Durante las primeras 72 horas, los afganos van a permanecer en el campamento provisional desplegado por el Ejército en la base de Torrejón, con capacidad para 800 personas, donde van a dormir en tiendas de campaña y en literas instaladas en un pabellón.
Transcurridos los tres primeros días, y una vez que formalicen su petición de asilo ante la Policía Nacional, se van a distribuir por centros o pisos del Estado en diferentes lugares de España.
Escrivá ha agradecido la oferta formal de acogida cursada por cinco comunidades autónomas -Cantabria, Extremadura, Cataluña, País Vasco y Murcia-, así como por el Ayuntamiento de Barcelona, pero ha señalado que no va a ser necesaria su ayuda.
«Con la expectativa que tenemos de personas que van a llegar, todos estarán en centros propios de la red estatal o de entidades que colaboran con nosotros», ha comentado el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Albares no ha concretado cuántos afganos se van a evacuar en total y si se va a alcanzar la cifra de 800 plazas de las que dispone el campamento de Torrejón.
«No puedo facilitar ningún dato, ni cifra, ni nombres ni lugares donde residen por motivos de seguridad hasta que todas las personas que queremos traer a España estén aquí», ha justificado.
Tras este primer grupo, el titular de Exteriores ha garantizado que se evacuarán a España a todos los afganos que han colaborado con España, entre ellos los traductores, «en total seguridad, lo antes posible».
Muchos de los locales que están en la lista confeccionada por la Embajada de España en Afganistán están teniendo dificultades para llegar al aeropuerto de Kabul debido a la vigilancia desplegada por los talibanes en sus inmediaciones.
El ministro ha subrayado que la situación en la capital afgana es «extremadamente compleja», después de que los insurgentes se hicieran con su dominio el pasado domingo, y que existe «un cierto cuello de botella» en el aeródromo a pesar de que el Ejército de Estados Unidos mantiene su control.
«Hemos puesto todos los medios necesarios pero hay una cosa que se nos escapa. El aeropuerto de Kabul no está en las manos de España», ha comentado.
El titular de Exteriores ha señalado que todos los países europeos y de la OTAN que tienen personal en Afganistán «se están enfrentando con las mismas dificultades» a la hora de sacarlos del país.
A pesar de los obstáculos, Albares ha hecho hincapié en que España «no va a cejar en el empeño» de ir accediendo a Kabul a medida que los aviones puedan aterrizar con el fin de «traer al máximo número de colaboradores y sus familiares en el menor tiempo posible», sin dar pistas sobre cuándo podría organizarse el segundo traslado.
Al margen del avión A400M que ha llegado esta madrugada a Torrejón, España cuenta con otras dos aeronaves militares en Dubái, una de ellas medicalizada, a la espera de que puedan volar a Kabul para proseguir la operación de evacuación, coordinada por el embajador español, otro diplomático y casi una veintena de policías encargados de reunir a las personas repatriadas.