Menores migrantes se forman como ayudantes de cocina en Canarias

Gracias a un curso subvencionado, estos menores buscan conseguir un futuro trabajo en el sector

Veintidós migrantes menores no acompañados participan en un curso de cocina en Canarias, financiado por el Servicio Canario de Empleo y el SEPE. El objetivo es que consigan un trabajo antes de cumplir la mayoría de edad, cuando deberán abandonar los centros de acogida.

Con este curso, los docentes ofrecen un certificado de Operaciones Básicas de Cocina donde los menores aprenden todo tipo de actividades dentro de la cocina. Desde el tipo de cocciones hasta los tipos de cortes según los productos, los jóvenes ya se hacen hueco dentro del mundo gastronómico.

Dialectos a través de la cocina

Walter Ortega, docente de Operaciones Básicas de Cocina en ICSE, afirma que las actividades no se relacionan únicamente con los alimentos: también se aprende sobre la higiene en la cocina y cómo limpiar todos los utensilios para mantener un espacio más productivo.

«Después estarán en prácticas en restaurantes reales, y entre más ganas pongan, mejor futuro tendrán», asegura Ortega a RTVC. El docente reúne a los menores y les exige puntualidad, uniformidad y trabajo en equipo para construir un futuro próspero.

Natalia Lorenzo, directora general de ICSE, explica que trabajan de forma coordinada con los centros donde viven los alumnos para ofrecer una formación integral. «En el aula conviven 14 dialectos y estudiantes de países como Marruecos, Gambia o Senegal», afirma.

Además de las competencias profesionales, se refuerzan el idioma, la comunicación, el comportamiento y los valores. También destaca que llevaron a cabo una experiencia piloto con una inserción laboral superior al 86%. Para ICSE, esto confirma el éxito de su enfoque educativo e inclusivo.

Abdul Hakim, un futuro como ayudante de cocina

Abdul Hakim es un chico de 18 años que llegó en 2023 en patera hasta las costa de Lanzarote. Desde ese momento, comenzó su travesía para buscarse un futuro en las islas. Este joven migrante terminó sus prácticas el pasado diciembre y desde hace dos meses, consiguió un trabajo.

«Gracias a Dios estoy trabajando. El Sáhara es mi país pero llegué aquí a Lanzarote porque quería ayudar a la familia y un montón de cosas. Quiero tener un futuro aquí«, afirma Hakim a RTVC.

Rafael, propietario del restaurante en el que trabaja, es consciente de la situación que vive actualmente Hakim y la importancia que tiene para él encontrar un trabajo. El propietario afirma que se ha convertido en algo más que un jefe para Abdul. «Somos una familia».

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