La producción estrena un retrato íntimo y humano de Juan Negrín, médico, científico y último presidente de la II República Española
La figura de Juan Negrín llega al escenario del Teatro Pérez Galdós en forma de ópera los próximos 6, 7 y 8 de noviembre a las 20:00h. La producción, titulada ‘Negrín, la ópera’, es un estreno absoluto de 2020 Producciones en colaboración con el teatro. La obra combina memoria, emoción, música, canto lírico e interpretación teatral para ofrecer un retrato íntimo y humano de uno de los personajes más fascinantes de la historia contemporánea española.
Bajo la composición y dirección musical de Gonzalo Díaz Yerro, la dirección artística de José Guadalupe y la dirección escénica de Israel Reyes, la ópera muestra a Negrín no solo como presidente, sino como un hombre que cree en la razón, la educación y la reconstrucción de España. En rueda de prensa, Díaz Yerro explicó que su proyecto comenzó hace diez años tras visitar la Fundación Juan Negrín. “Quedé fascinado y decidí escribir una ópera sobre él”, señaló. Reyes añadió que la historia es como un cuento que Negrín narra a sus nietos, uniendo historia y humanidad.
Reparto, música y escenografía
El barítono Fernando Campero encarna a Negrín, mostrando su autoridad política y ternura familiar. Blanca Valido interpreta a Feli, su compañera, mientras que Carol Sosa y Mario Méndez dan vida a sus nietos, símbolos de memoria e inocencia. El elenco se completa con Manuel Gómez Ruiz como Hitler, Víctor Ramírez Acosta como Franco y Héctor de Armas como Stalin, figuras que marcaron el destino europeo del siglo XX. Selam Zapater encarna de manera poética a España, simbolizando la patria herida pero viva.
La Orquesta Inegale, dirigida por Díaz Yerro, junto al coro Súbito Koral y el pianista Nauzet Mederos, da vida a una partitura que combina lirismo, emoción y tradición operística europea. La obra cuenta con el respaldo de la Fundación Juan Negrín y la colaboración de Carmen Negrín, nieta del político, aportando recuerdos inéditos de su infancia en París. El coro representa la conciencia colectiva del protagonista, mientras que una bailarina encarna a España, simbolizando la patria herida pero viva.
El diseño visual de Carlos Brayda, reforzado por la iluminación de Ibán Negrín, las proyecciones de Daniel Barreto y el vestuario de Mónica Armas, mezcla historia, poesía y modernidad, creando un lenguaje escénico que refleja la complejidad de Negrín y su tiempo.


