En un Sánchez-Pizjuán desierto, sin aficionados por culpa de la pandemia y lejos de la olla a presión que siempre ha sido en las grandes citas europeas.
Sevilla y Borussia Dortmund encaran este miércoles el primer asalto de los octavos de final de la Liga de Campeones con rachas opuestas, en un momento dulce los españoles y con dudas los germanos, y con Jules Koundé, un seguro de vida en la zaga local, y Erling Haaland, goleador del equipo renano, como duelo estelar.
En un Sánchez-Pizjuán desierto, sin aficionados por culpa de la pandemia y lejos de la olla a presión que siempre ha sido en las grandes citas europeas, el francés Koundé y el artillero noruego Haaland, jóvenes figuras por las que suspiran los grandes de Europa, se verán frente a frente en una cita donde, más allá de individualidades, mandará la fuerza del colectivo entre dos bloques potentes.
Aparte de Koundé, un defensa versátil y que se incorpora con peligro al ataque (3 goles), y de Haaland, con 23 tantos en 23 partidos (6 en Champions), también reivindicarán su cuota de protagonismo gente de calidad como el croata Ivan Rakitic, el argentino Papu Gómez o el marroquí Youssef En-Nesyri, máximo goleador sevillista con 17 dianas (4 en el torneo europeo), y, por el otro bando, el extremo inglés Jadon Sancho o el veterano Marco Reus.
El Sevilla está batiendo récords y buscará en este choque de máxima exigencia, que puede marcar un punto de inflexión en el caminar de ambos equipos, alargar su gran momento al llevar nueve triunfos seguidos entre Liga y Copa y siete de ellos con la portería a cero, ayudado por su fortaleza defensiva, su equilibrio y también por grandes paradas del marroquí Yassine Bono.
Cuarto en LaLiga y con 2-0 de renta sobre el Barcelona para la vuelta de las semifinales de la Copa, el equipo del barrio de Nervión presenta unos números irrefutables, con 16 victorias, 2 empates y 1 derrota (2-0 ante el Atlético, el 12 de enero) en sus últimos 19 encuentros oficiales.
Aún así, el técnico Julen Lopetegui, uno de los principales artífices de un equipo compacto, ambicioso y difícil de batir, siempre rehuye de los halagos y es escrupulosamente respetuoso con todos los rivales, y más aún si se trata de un campeón europeo como el Dortmund, al que ha elogiado -«tiene uno de los mejores ataques del mundo», ha recalcado-, además de insistir en que no deben dar pie al más mínimo atisbo de confianza.
Para esta primera cita frente al poderoso conjunto renano, por mucho que atraviese un bache que sus talentosos jugadores querrán superar cuanto antes, Lopetegui sigue con las bajas notables por lesión de dos internacionales argentinos: el extremo Lucas Ocampos y el lateral Marcos Acuña, aunque recupera a su incombustible capitán, Jesús Navas.
El internacional español ha vuelto a entrenarse con el grupo tras un problema en el pubis y podría volver al lateral derecho, aunque quizá sería precipitado y podría seguir de titular Aleix Vidal por su buen rendimiento, mientras que en la medular estarán Joan Jordán, en un gran momento, el brasileño Fernando Reges y Rakitic, junto al habitual tridente ofensivo desde la baja de Ocampos: Suso Fernández, el ‘matador’ En-Nesyri y el Papu Gómez.
Mientras, el Dortmund llega al Ramón Sánchez-Pizjuán en un momento difícil, alejado de la lucha por el título de la Bundesliga e incluso fuera de los puestos de la Liga de Campeones, con lo que incluso la meta mínima de la temporada está en peligro.
Pese a buenas fases en la mayoría de los partidos, el Dortmund se va con demasiada frecuencia con las manos vacías por errores puntuales en defensa, muchas en situaciones a balón parado.
En ataque el Dortmund no logra con la suficiente frecuencia poner de cara a la portería a su goleador Erling Haaland, cuya velocidad y fortaleza, junto con su disparo a puerta, son dos de sus grandes armas ofensivas.
Las bajas, además, han afectado mucho al equipo, sobre todo la del belga Axel Witsel, con una lesión en el talón de Aquiles, que era quien habitualmente solía marcar el ritmo de juego del equipo y quien le daba estabilidad al centro del campo.
Witsel es uno de los que no estarán en Sevilla, lo mismo que el meta titular Roman Bürki, todavía convaleciente de una lesión en el hombro, los defensas Lukasz Piszczek y Dan-Axel Zagadou y el delantero Thorgas Hazard.
El centrocampista Thomas Delaney tampoco ha viajado a Sevilla con el equipo porque su mujer está a punto de tener un hijo, pero los planes es que se incorporé posteriormente, según el club.
Las ausencias hacen que el entrenador Edin Terzic tenga menos alternativas para formar la alineación inicial y tiene además el problema de que el capitán Marco Reus, tras una larga lesión, sigue sin recuperar su antigua forma.
En el último partido, que se selló con 2-2 ante el Hoffenheim, Reus empezó incluso el partido en el banquillo y Terzic apostó por Julian Brandt en la media punta.
Para la visita al Sevilla, sin embargo, es posible que Terzic apueste por Reus desde el comienzo, puesto que necesita jugadores con experiencia al lado de las grandes promesas como Jude Bellingham o Giovanni Reyna.
Thomas Meunier, lateral derecho, ha vuelto a entrenar tras una lesión y viajó con el equipo, pero es dudoso que Terzic recurra a él y lo más probable es que apueste para la posición por Emre Can o Mateo Morey.
Mucho depende de si el Dortmund logra fabricar espacios para que Haaland y Jadon Sancho aprovechen su velocidad para llegar al área contraria