El robo de castañas provoca descontento entre los agricultores palmeros

Este producto agrícola es esencial en islas como La Palma

La época de cosecha de castañas en Canarias se ha convertido en una auténtica pesadilla para los agricultores. No solo enfrentan el arduo trabajo de recolectar el fruto de sus fincas, sino que también deben lidiar con el robo constante de su producción.

La falta de seguridad en las zonas rurales está provocando que muchos de estos trabajadores palmeros pierdan no solo su cosecha, sino también los frutos de años de esfuerzo. Daniel, un agricultor local, denunció en Buenos Días Canarias que este problema persiste desde hace más de diez años.

Piden ayuda a las administraciones

«Hemos acudido a todas las instancias, al Cabildo, a la Guardia Civil, y la respuesta siempre es la misma: no hay medios«, explica Daniel. La situación empeora durante los fines de semana, cuando más personas tienen tiempo libre y se adentran en las fincas privadas para robar castañas y otros productos.

El fin de semana pasado, las fincas palmeras sufrieron un robo masivo: más de 500 kilos de castañas fueron sustraídos, además de daños materiales como vallados rotos y ramas de árboles destruidas.

El robo de castañas provoca descontento entre los agricultores palmeros
El robo de castañas provoca descontento entre los agricultores palmeros / Archivo RTVC

«Este fin de semana hemos perdido gran parte de la cosecha y, a nivel anual, las pérdidas superan varias toneladas de productos«, asegura este agricultor. Este tipo de robos representa un coste económico significativo para los agricultores.

Frente a este panorama, los agricultores piden a las administraciones que se tomen medidas urgentes para garantizar la seguridad en el campo. «Si no se organizan y no dan seguridad, los pocos que quedamos abandonaremos el campo», lamenta Daniel.

Los agricultores palmeros siguen apostando por mantener viva la tradición agrícola de las castañas, pero se ven cada vez más impotentes ante una situación que pone en peligro su futuro. Sin apoyo y sin medidas efectivas de las administraciones, los daños se espera que sigan creciendo.

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