17 años de cárcel por violar y grabar a una menor de 14 años

El condenado tendrá que indemnizar a la víctima con 15.000 euros

El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) rechazó este domingo el recurso de un condenado a 17 años de cárcel y al pago de una indemnización de 15.000 euros tras considerarlo culpable de los delitos de agresión sexual y corrupción de menores por violar a una menor de 14 años a la que además llegó a hacer fotos y grabar.

Tribunal Superior de Justicia de Canarias
17 años de cárcel por violar y grabar a una menor de 14 años / Archivo RTVC

El TSJC recordó que la condena no solo se basa en las declaraciones de la víctima sino en el “contundente, gráfico y repulsivo” contenido de una treintena de imágenes y escenas grabadas por el acusado.

Mensajes de Whatsapp como prueba

En su defensa, el procesado aseguró que desconocía la edad real de la joven, aspecto que se descartó pues en la mensajería incautada el hombre hace referencia a la edad de la niña.

Las conversaciones de whatsapp son consideradas “tan reveladoras como útiles” dado que contienen expresiones que serían “aceptables en mayores de edad siempre que no tengan sus capacidades mentales mermadas pero intolerables con una menor”.

El hombre, de 35 años en el momento del suceso, trabajaba como conductor de ambulancias cuando conoció a la joven durante una acampada en el sur de Tenerife, organizada en octubre de 2021 con sus compañeros de trabajo, entre los que se encontraba el padre de la menor.

Tras la acampada, el acusado empezó a enseñarle imágenes de prácticas sexuales sádicas de dominación y sumisión a la menor.

Denunció el padre de la menor

La Audiencia Provincial y el TSJC consideran probado que el procesado obligó a la víctima a que creara un correo electrónico y un perfil en Instagram dado que ella no tenía móvil para enviarle fotografías pornográficas y propiciar los encuentros para agredirla sexualmente.

Estos hechos se producían a veces en la casa del hombre o cuando pasaba a recogerla a primeras horas a su domicilio y la llevaba a un descampado próximo al instituto donde estudiaba.

Tras dos meses, la joven decidió tratar de poner fin a la relación de abuso, hecho que enfadó al acusado, que chantajeó a la niña con el contenido que conservaba en su teléfono.

Los hechos los denunció el padre y a continuación un informe psicológico determinó que la hija presentaba un daño compatible con Trastorno de Estrés Postraumático y Adaptativo de tipo ansioso.

La Fiscalía pidió un total de 28 años de cárcel por considerarlo autor de un delito continuado de abuso sexual a menor con trato degradante o vejatorio por realizar prácticas sadomasoquistas.

Por otro lado, también le atribuía el de corrupción, uno más de exhibicionismo y se fijaba un pago de 50.000 euros en concepto de responsabilidad civil.

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