España es uno de los nueve miembros pendiente de formalizar su visto bueno y lo votará en las Cortes a principios de septiembre. Está siendo el proceso de entrada más rápido de la historia de la organización
21 miembros de la OTAN, más de dos tercios de los aliados, ya han ratificado el protocolo de adhesión de Suecia y Finlandia a la Alianza Atlántica. Se convertirían así en miembros de pleno derecho de la OTAN en pleno contexto de guerra en el este de Europa.
Según el último balance del Departamento de Estado de Estados Unidos, Eslovenia se convirtió este miércoles en el vigesimoprimer miembro de la OTAN que dio su respaldo formal. Se une así a países como Alemania, Francia, Italia, Reino Unido o Estados Unidos, que ya han tramitado la entrada.
Quedan, por tanto, solo nueve aliados pendientes de realizar el trámite, entre ellos España, cuyo visto bueno está pendiente de votación en Congreso y Senado. Existe ya un primer acuerdo del Consejo de Ministros del pasado 1 de agosto, si bien debe recibir visto bueno parlamentario que se espera para septiembre. A principios de mes la Mesa del Congreso lo admitirá a trámite y fijará los plazos.
En España, se da por hecho que el voto parlamentario saldrá adelante, si bien Unidas Podemos ha evitado adelantar si dará su apoyo. Por el momento se ha limitado a comentar que la OTAN es una organización «obsoleta» aunque ha dicho respetar la decisión tomada por los países nórdicos.
Aparte de España, todavía falta la ratificación formal de Croacia, República Checa, Grecia, Montenegro, Portugal, Eslovaquia, Hungría y Turquía. Preocupa, en especial, el visto bueno de Ankara después de que bloqueara varias semanas el proceso de negociaciones de entrada alegando una supuesta connivencia con el grupo terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Bloqueo de Turquía
Las reticencias del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, con respecto a Estocolmo y Helsinki llevaron a un bloqueo de casi un mes. Finalmente, se resolvió en las vísperas de la cumbre de Madrid con un pacto para que Turquía levantara su veto a cambio de un mayor compromiso de los países escandinavos en la lucha contra el terrorismo kurdo.
Así, todas las miradas se centran en Turquía, que ya ha insistido en que su luz verde se supedita a que los países nórdicos cumplan el memorando tripartito. Además, reclaman resultados en materia de extradición de personas vinculadas a organizaciones kurdas. El ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, no ha dudado en advertir de que si suecos y finlandeses «no cumplen», Turquía «no les aceptará en la OTAN».
El pasado mes de julio, los 30 aliados firmaron el protocolo de adhesión en una sesión del Consejo Atlántico en la sede de la OTAN en Bruselas. Un paso con el que se convirtieron ya en miembros ‘de facto’ de la alianza militar a falta de la ratificación formal.
Proceso de ratificación
La ratificación es la etapa más larga en el proceso de adhesión a la organización militar, con el procedimiento burocrático de todos los aliados que, a su vez, cuentan con distintos sistemas de validación e implica, en muchos casos, votaciones parlamentarias.
Una vez que todos los miembros de la alianza y los candidatos han aprobado estos protocolos, el siguiente paso lleva a Washington, donde los documentos se depositan ante el Gobierno de Estados Unidos, en concreto en el Departamento de Estado. No es hasta que se entregan todos que el país aspirante se convierte en miembro de la OTAN.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha pedido agilizar al máximo el trámite para tener una ratificación rápida, reconociendo que todo el proceso llevará meses.
La OTAN ha puesto en valor que la solicitud de adhesión se ha resuelto favorablemente en 7 semanas, siendo el proceso de entada más rápido en la historia de la Alianza. No obstante, cuando Suecia y Finlandia solicitaron su entrada en la OTAN el pasado 18 de mayo, la organización atlántica apostaba porque su adhesión fuera aún más ágil. Esperaba que estuviera lista para la cumbre de Madrid de finales de junio, dada la cercanía política y capacidad militar de Suecia y Finlandia y el contexto de guerra en Ucrania.