Autoridades de Canarias han expresado su apoyo al proyecto de crear en las islas la primera línea regular de hidroaviones de España, tras un vuelo de prueba organizado entre Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria por la empresa que lo promueve, Surcar Airlines.
Informan: Alicia Suárez / Elena Pulido
Entre los pasajeros figuraba el presidente del Parlamento regional, Gustavo Matos. Ha calificado de «gran noticia» la demostración de la compañía Le ha deseado que, tal y como pretende, consiga establecerse a tiempo para que en octubre pueda empezar a operar y su iniciativa «se haya convertido en una oportunidad más para las islas».
También el presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Luis Ibarra, ha mostrado su respaldo al proyecto. Ha dicho que este ha sido «un día histórico para el puerto» de la ciudad. Y ha confirmado su posición favorable a los propósitos de Surcar Airlines al declarar: «trabajamos juntos, con la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, para analizar un expediente complejo» que debe tramitarse a fin de encajar legalmente las rutas que planea establecer.
Barajan ofertar vuelos turísticos por otras islas
Unir regularmente la capital tinerfeña con las de Gran Canaria y La Palma es lo primero que la compañía proyecta hacer. También con el tiempo baraja ofertar vuelos turísticos que pasen por otras islas, según ha avanzado su consejero portavoz, Miguel Ángel González.
Surcar contaría,en principio, con tres hidroaviones de dieciséis plazas cada uno que pilotarían inicialmente profesionales traídos del extranjero, debido -según ha explicado- a que actualmente no hay en el archipiélago personal capacitado para hacerlo.
Si bien ha asegurado que su deseo es poder formar más adelante a pilotos canarios que puedan en el futuro hacerse cargo de sus aparatos.
Han invertido 3 millones de euros
González ha destacado que el proyecto ha conllevado hasta el momento una inversión de 3 millones de euros.
Se trata de una propuesta pionera en España. La falta de precedentes de experiencias similares en el país, sería la segunda en funcionamiento en toda Europa, ha contribuido a dificultar un proyecto cuyo encaje legal «es muy complicado. Intervienen puertos, aeropuertos, controladores aéreos» y hay que conjugar los requisitos exigidos por unos y otros, ha expuesto.
Además, ha aclarado que todavía «quedan muchos parámetros que ajustar» para que sus líneas aéreas sean una realidad y diversas tareas por hacer e incógnitas por despejar, como dónde se situarían en cada isla sus puntos de atraque, en los que, una vez definidos, sería necesario construir pequeñas terminales de pasajeros.
También hay que diseñar cómo se establecerían los controles de viajeros correspondientes. Los vuelos de los hidroaviones «funcionarían como cualquier otro medio de transporte de pasajeros, con las mismas obligaciones y la misma seguridad».
Eso sí, ha matizado, efectuando un trayecto «muy amable, muy suave, a 30 metros de altitud y menor velocidad que con otros aviones» . Tendría media hora de duración.
Otra de las incógnitas sería el precio de los billetes. Según el portavoz de la compañía sería un negocio rentable, aunque no ha dicho que no puede ofrecer datos.
La empresa se ha fijado el objetivo de empezar a operar el próximo octubre. Se convertiría así en «un eslabón más de la cadena de la conectividad en Canarias».