Una ruta a la que optan para huir de conflictos bélicos, así como de situaciones de violencia de género
La ruta atlántica es de las más mortíferas del mundo. Se calcula que, cada día, 28 personas mueren en esta ruta. Sin embargo, la afluencia de personas siguen copando este mortal recorrido. En este 2024, las cifras de personas llegadas a Canarias han alcanzado récords que nadie desea. Canarias, aseguran desde el gobierno, se está convirtiendo en una cárcel sin salida, sobre todo, para los menores migrantes.
Por lo general, en esta ruta predominan muchos malienses, senegaleses, marroquíes, mauritanos, y gambianos, que tratan de mejorar su futuro. Además de muchas mujeres y niños que, no solo huyen de los conflictos bélicos, también de la violencia de género que padecen.
Balance de la situación
Lo que se solicita en este sentido es una política más flexible en materia de visados o reagrupación familiar, así como escalar programas de movilidad circular para personas trabajadoras, la posibilidad de pedir asilo en embajadas y consulados en el exterior y mejorar las ayudas al desarrollo.
Canarias nunca se ha enfrentado a unas cifras similares a las de este 2024, desde la viceconsejería de Bienestar social han reiterado que «Canarias se encuentra sola ante esta crisis».