La vida de Cecilio, de 85 años, es atender a su esposa Candelaria, con alzhéimer, pero asegura no poder más
Cecilio lleva 11 años esperando por una plaza en una residencia para su mujer que tiene 82 años y está enferma de alzhéimer desde hace más de una década.
La vida de Cecilio, a sus 85 años, es atender a su esposa Candelaria. Asegura que ya no puede más. Está enfermo del corazón y su renta no le permite acceder a una residencia privada.
¿Qué hacer con su mujer Candelaria? Es la pregunta que se hace Cecilio, desde hace 11 años cuando empezaron a tramitar una residencia y luego la ayuda a la dependencia, que a día de hoy, no reciben. A su mujer le diagnosticaron alzhéimer con 60 años, ahora tiene 82. Cecilio es el encargado de sus cuidados, pero, repite, que ya no puede más.
«No puedo seguir luchando, estoy dando el máximo», dice Cecilio para los Servicios Informativos de Televisión Canaria. También afirma que no se puede permitir una persona que le ayude con su mujer ya que «con 600 euros no se puede hacer nada de nada». «No hay humanidad, no hay corazón, eso se ha perdido», concluye.