La brasileña Jacque Mourao ha competido en las dos ediciones de los JJOO de Pekín en esquí de fondo y suma ocho participaciones olímpicas
Pekín es la primera ciudad que organiza Juegos Olímpicos de verano y de invierno y la brasileña Jacque Mourao puede presumir de haber competido en las dos ediciones. Un sueño que se hizo realidad cuando este martes tomó la salida en la prueba de esprint estilo libre de esquí de fondo.
Su puesto 85, entre 90 competidoras, que le impidió pasar a los cuartos de final, es casi lo de menos en la carrera de una deportista única, que suma ya ocho participaciones olímpicas.
Ha participado en Atenas 2004, Pekín 2008 y Tokio 2020 en bicicleta de montaña y Turín 2006, Vancouver 2010, Sochi 2014, Pyeongchang 2018 y Pekín 2022 en esquí, en 2014 también en biatlón.
Nacida hace 46 años en Belo Horizonte, donde se licenció en Educación Física en la Universidad Federal, Mourao reside desde 2004 en Canadá, en la localidad quebequense de Saint-Ferreol-Les Neiges. Allí la entrena su marido, Guido Visser, que compitió en Nagano’98 también en esquí de fondo.
Se conocieron cuando ella viajó al país norteamericano para una carrera clasificatoria de los Juegos de Atenas y él la ayudó a encontrar alojamiento. Se enamoraron al instante, se casaron en 2004 y tienen dos hijos, Ian y Jade.
La multiolímpica brasileña comenzó a practicar la bicicleta de montaña a los 15 años, animada por su madre, que le recomendó un deporte de resistencia para aliviar el asma. Cuando tenía 28, en 2004, Jacque firmó su mejor resultado en unos Juegos, la decimoctava posición en Atenas.
De la bicicleta a los esquís
Al año siguiente, una tormenta de nieve le abrió un nuevo horizonte en su vida deportiva: al no poder entrenar con la bicicleta, comenzó a esquiar. Esta vez quien la alentó fue su marido.
Del cross country con la bici al cross country con los esquíes. Su nuevo deporte le enganchó tanto que dejó de competir en ciclismo después de Pekín 2008 y se centró en la disciplina blanca.
Juegos de Tokio 2020
Pero, en un nuevo giro a su carrera, en 2018 decidió preparar los Juegos de Tokio 2020, luego retrasados a 2021 por la pandemia, «para demostrar que todo es posible en cualquier momento y para cambiar la visión de la sociedad sobre la edad».
En la capital nipona firmó una más que digna posición 35.
Su intención es poner fin a su vida deportiva en estos Juegos de 2022, en los que aún debe participar en otra prueba, el esprint clásico por equipos.
Pero antes de retirarse habrá llenado varias páginas en los libros de récords. Es la primera deportista brasileña con cinco Juegos de invierno, fue la primera mujer de su país en participar en Juegos de verano y de invierno y es una de las únicas cinco personas que han competido en tres deportes olímpicos.
Llevó la bandera de Brasil en la ceremonia inaugural del pasado viernes, como ya hizo en Sochi 2014 y en la clausura de 2010. Si no cambia de idea, su despedida será el día 16 en las pistas del Centro Nacional de Esquí de Fondo de Zhangjiakou.
Publicación del Comité Olímpico Internacional
«¡Vamos Brasil¡ Brasil no se ha perdido unos Juegos Olímpicos de Invierno desde 1992 y no van a empezar a hacerlo ahora! Jaqueline Mourao y Edson Luques Bindilatti lideran el camino ondeando la bandera ??.