El Día Mundial del Sida pone el foco en un VIH que no remite en Canarias

Los expertos señalan el diagnóstico tardío, la baja percepción del riesgo y desigualdades en prevención

El Día Mundial del Sida se celebra cada 1 de diciembre desde 1988. La jornada recuerda la necesidad de frenar el VIH, proteger los avances sanitarios y reforzar el apoyo a quienes conviven con el virus. Las organizaciones insisten en la importancia de ampliar la información, la prevención y el diagnóstico temprano, al tiempo que se impulsan estrategias eficaces de salud pública.

Lazo rojo
Imagen de archivo | Darina Belonogova

El VIH marcó profundamente las décadas de los ochenta y noventa, con un impacto social enorme. La creación del Día Mundial del Sida respondió a la urgencia de impulsar campañas de prevención y reducir desigualdades sanitarias. Aunque los avances científicos han mejorado la calidad de vida de millones de personas, la transmisión sigue activa en muchos países y las cifras mundiales continúan manteniendo la alerta.

Una enfermedad que sigue muy presente

Los organismos internacionales estiman que más de 40 millones de personas viven con VIH en el mundo, con alrededor de 1,3 millones de nuevas infecciones anuales. Aunque los tratamientos mejoran la supervivencia, las desigualdades ralentizan los progresos. A escala global, las estrategias de salud pública se centran en eliminar la transmisión como amenaza antes de 2030.

En España, se calcula que unas 150.000 personas viven con el virus. Los datos muestran que el país no baja de los 3.000 nuevos diagnósticos anuales desde 2009. Ese año se registraron 2.264 casos y, desde entonces, las cifras han superado siempre los 3.000. En 2013 se alcanzaron 4.471 diagnósticos y en 2014, 4.561. Aunque la tendencia descendió después, nunca volvió a los niveles previos, manteniendo un estancamiento que ya dura quince años.

La situación reciente confirma esta estabilidad. En 2024 se notificaron 3.340 nuevos diagnósticos; en 2023, 3.350; en 2022, 3.337; y en 2021, 3.192. La diferencia entre años es mínima, y la curva se mantiene en una meseta prolongada. Los expertos coinciden en que esta estabilidad refleja problemas estructurales en la prevención y en el acceso a herramientas diagnósticas.

Además, casi la mitad de los nuevos diagnósticos se detectan tarde, con un porcentaje que ha crecido en los últimos años y que ronda el 52 %. Esta situación incrementa el riesgo de transmisión y dificulta el inicio temprano del tratamiento. Los profesionales reclaman más cribados, información accesible y la implantación de pruebas rápidas en entornos comunitarios.

Los perfiles más afectados

La mayoría de los nuevos diagnósticos corresponde a hombres que tienen sexo con hombres, especialmente en el grupo de edad de 30 a 39 años. Los especialistas alertan de la baja percepción del riesgo en parte de la población, una tendencia que crece desde que los tratamientos se simplificaron y normalizaron.

Paralelamente, los infectólogos subrayan la necesidad de reforzar la educación sexual en todas las etapas educativas. Las campañas informativas pierden impacto en ciertos sectores sociales, y muchos jóvenes no identifican el VIH como un riesgo real. Igualmente, los profesionales sanitarios reclaman más formación para detectar síntomas y orientar adecuadamente a quienes necesitan realizarse una prueba.

Nuevas brechas en la prevención

La vía sexual sigue siendo la principal forma de transmisión en España. El aumento de otras infecciones de transmisión sexual confirma la falta de medidas preventivas estables. La PrEP —profilaxis preexposición, un medicamento que previene la infección en personas sin el virus pero en riesgo— avanza, pero su implantación no llega por igual a todo el territorio, y parte de la población desconoce su existencia o no accede a ella con facilidad.

La mejora de los tratamientos también alimenta una falsa sensación de seguridad. Muchos ciudadanos creen que el VIH dejó de ser un problema grave, lo que reduce el uso del preservativo y limita la demanda de pruebas. La falta de campañas estables contribuye a esta relajación social, por lo que los expertos insisten en reforzar la comunicación pública.

La situación en Canarias

En Canarias, la evolución del VIH también exige una vigilancia constante. Según el Servicio Canario de la Salud (SCS), en 2024 se registraron 242 nuevas infecciones, lo que supone una tasa de 10,81 casos por cada 100.000 habitantes. La cifra se mantiene prácticamente en la misma línea que la del año anterior, cuando se notificaron 238 casos.

La mayoría de los nuevos diagnósticos —el 88,8 %— corresponde a hombres de entre 25 y 45 años. En cuanto a la vía de transmisión, el 62,8 % se produjo entre personas gais, bisexuales y hombres que tienen sexo con hombres, mientras que el 35,5 % está vinculado a relaciones desprotegidas entre hombres y mujeres y el 0,4 % a personas que se inyectan drogas.

En lo relativo al origen, casi seis de cada diez nuevos casos corresponden a personas españolas. Además, el 44,6 % de las infecciones se detectó de forma tardía, un porcentaje que supone una ligera mejora respecto a 2023 (47,2 %). Durante este periodo, no se registró ningún caso de transmisión materno-infantil, según informó la Consejería de Sanidad.

Noticias Relacionadas

Otras Noticias