Aplausos que premiaban a diario la dedicación de miles de trabajadores esenciales que estuvieron allí en los momentos mas duros
Con la declaración del estado de alarma afloraron muchos conceptos a los que hasta entonces no habíamos prestado atención. El de trabajadores esenciales es uno ellos. Profesiones que siguieron desarrollando su profesión mientras el país se paraba.
De patrulla por la ciudad, tras el mostrador de una charcutería, de guardia en la unidad de pediatría o con la cesta cargada y el deposito lleno. Hace ahora un año y con medio país metido en casa, los denominados trabajadores esenciales tenían que aprender a vivir con esa etiqueta.
Un momento en el que el agradecimiento se asomaba a diario a la ventana. Aplausos que premiaban a diario la dedicación de miles de trabajadores que estuvieron allí en los momentos mas duros.
Bomberos, militares, farmacéuticos, repartidores y, también, los profesionales de los medios de comunicación, que durante esos meses realizaron un importante esfuerzo para mantener informados a los ciuadadanos y, por qué no, arrancar una sonrisa en este complicado año.
