El encuentro arrancó con un intercambio de canastas que, a los pocos minutos, la defensa local desniveló hacia el lado del Gran Canaria
Un sólido y cerebral Gran Canaria aprovechó este miércoles con un buen trabajo coral la inconsistencia del Valencia Basket para sumar su segunda victoria en esta fase regular de la Eurocopa y castigar con su segunda derrota en la competición la irregularidad de un deslabazado equipo local que provocó algunas protestas en la grada y una discusión final entre el máximo accionista, Juan Roig, y algunos seguidores.
El encuentro arrancó con un intercambio de canastas que, a los pocos minutos, la defensa local desniveló hacia el lado visitante. Falta de rigor y de energía, facilitó la anotación del Gran Canaria, que con Nico Brussino de estilete aprovechó para abrir hueco pese a los intentos de Joan Peñarroya, vía rotación y tiempos muertos, de cambiar el guión (12-20, m.7).
Finalmente tras una segunda reunión con sus jugadores y echar mano del recuperado Sam Van Rossom y del enérgico Jasiel Rivero, el técnico catalán enderezó a su equipo que en cuestión de cuatro minutos le dio la vuelta al encuentro con un parcial de 16-5.
El descanso del base belga volvió a dejar sin guía al Valencia y Chris Kramer devolvió el mando al Gran Canaria pero en el tramo final de la primera parte la mejoría defensiva local, con un quinteto sin fisuras en esa faceta, y la inspiración de Martin Hermannsson igualó la contienda.
Continuidad en el descanso
Pero nuevamente el Valencia fue incapaz de tener continuidad y el Gran Canaria supo mantener la calma y encontrar a Shurna para llagar al descanso con el choque controlado y apuntalado con un triple de Brussino sobre la bocina, aunque le costara una técnica por protestar (41-51, m.20).
Con Van Rossom de nuevo en la pista, el Valencia trató de rengancharse al choque pero la falta de acierto de Bojan Dubljevic y de Klemen Prepelic y la falta de continuidad en el esfuerzo defensivo hizo que el Gran Canaria, sólo aprovechándose de sus errores, llevara su renta más allá de los diez puntos.
Peñarroya se jugó la última carta poniendo al joven Millán Jiménez sobre Brussino y encomendándose en ataque a Hermannson y a Rivero y logró apretar el marcador (73-77, m.34).
Pero, cuando los nervios podían hacer mella en los visitantes Ennis y Slaughter se echaron al equipo a la espalda y le dieron aire, lo que enfrió el ímpetu de los locales hasta que dos acciones finales de Albicy sellaron el merecido triunfo visitante pese a que un triple de Prepelic a falta de un segundo y medio ajustó el marcador final.
La derrota dio paso a algunas protestas aisladas de aficionados del Valencia, una situación que provocó que el máximo accionista del club, Juan Roig, se acercara a la zona en la que estaban y discutiera airadamente con uno de ellos.