La Consejería de Agricultura y el ICIA junto a ganaderos y criadores defienden la presencia de esta raza como parte del patrimonio genético
La Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias aprobó el pasado mes de abril un nuevo estándar para el perro garafiano. El objetivo es garantizar la conservación de una raza autóctona amenazada durante años.
La iniciativa respondía a las demandas de la Asociación Española del Pastor Garafiano, que recoge a su vez las inquietudes de ganaderos y criadores. Así es como esta raza es parte del patrimonio genético, cultural y etnológico de las islas.
Un 40% de la raza está fuera de las islas
Los antiguos pobladores de las islas ya convivían con los ancestros del pastor garafiano. Este debe su nombre al municipio palmero de Garafía. Antes de circunscribirlo a este lugar, se le conocía como perro lobo y tradicionalmente ha estado vinculado al trabajo con el ganado y al pastoreo.
Es importante el reconocimiento. Además, la existencia de un censo adecuado, un estudio genético, uno morfológico y otro histórico, que comprenda la evolución de los animales.
El compromiso de profesionales, criadores e instituciones con la recuperación de las razas autóctonas es sólido. Este tiene su mejor ejemplo en la conservación de razas tan emblemáticas como el presa canario. Esta raza mantiene su estándar desde 1989 y que cuenta con un registro de 15.500 ejemplares repartidos por todo el mundo. Según el presidente del Club Español del Presa Canario, José Manuel López, “esta raza está entre las cinco con mayor proyección y aceptación en el mundo”. Afirma que alrededor de un 40% de la raza está fuera de las islas. Concretamente, el norte de Europa es el lugar donde más proyección existe, pero también encontramos muchos ejemplares en Estados Unidos, México o Argentina.
El nuevo estándar del garafiano busca mantener sus características originales. Un perro lupoide de tamaño medio, apto para el pastoreo en zonas abruptas gracias a su grupa, entre otros rasgos. Su alzada es de tamaño mediano y varía en función del sexo. Su peso habitual se sitúa entre 18 y 25 kilos en las hembras y 24 a 31 kilos en machos. Sus ojos son rasgados y pueden tener dedos suplementarios en los posteriores. En cuanto al pelaje, se indica que es largo y de colores leonados o alobados, principalmente. Además, son muy apreciados por su carácter como animales de compañía.