El ruido tiene consecuencias para la salud auditiva, pero también pueden derivar en otros problemas como trastornos del sueño
El 28% de la población española está expuesta a niveles de ruido por encima de los 65 decibelios, el máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según un estudio realizado por el Instituto de Salud Carlos III. A nivel europeo, en muchas ciudades, este porcentaje puede alcanzar el 50% de la población urbana, de acuerdo con un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
Se calcula que aproximadamente 95 millones de personas de la población mundial están expuestas a niveles nocivos de ruido del tráfico rodado. La OMS estima que en 2050 tres de cada cuatro habitantes de grandes ciudades sufrirá algún grado de pérdida auditiva y 700 millones de personas necesitarán atención otológica como consecuencia de la exposición a estos niveles de ruido de alta intensidad.
En España, el ruido del tráfico, de transportes como el tren, las obras, así como el ocio nocturno como discotecas o conciertos son las principales causas de excesivos ruidos. Casi un tercio de los hogares españoles, concretamente el 30,5%, declara sufrir molestias por sonidos generados en el exterior de sus viviendas, según recoge un informe elaborado por DKV en colaboración con GAES.
Casi la mitad de los españoles, el 47%, consideran que la ciudad o el pueblo donde residen es muy ruidoso y el 32% declaran que el nivel de sonido es un aspecto muy importante y decisivo a la hora de elegir una vivienda.
Cómo afecta el ruido
España es uno de los países más ruidosos del mundo y, sin embargo, 9 de cada 10 españoles no se protege contra el ruido, según datos del primer Estudio GAES sobre el ruido en España.
El ruido puede tener consecuencias en la salud auditiva, como pérdida de audición, pero también otros efectos como trastornos profundos del sueño, problemas en el sistema cardiocirculatorio, reducción del rendimiento, estrés e incluso un incremento de los ingresos hospitalarios urgentes por ansiedad y depresión. El “I Estudio GAES sobre el ruido en España”, señala que el 34% de los españoles reconoce que la contaminación acústica les afecta el estado de ánimo.
Las consecuencias de la contaminación sonora ya se ven reflejadas en nuestro país. Cada año hay más de 1.000 muertes prematuras y 4.000 hospitalizaciones derivadas, además de los más de dos millones de personas que tienen dificultades para conciliar el sueño.
Claves para protegernos del ruido y no sufrir pérdida auditiva
Mantener el volumen bajo de los dispositivos
Hay que ajustar el volumen de los móviles, reproductores de música de uso personal, auriculares, aplicaciones de videollamadas, etc. Se recomienda que no exceda de los 80 dB. Algunos dispositivos ya incluyen aplicaciones para gestionar de forma segura el volumen. Por último, es aconsejable ajustarse bien los auriculares e incluso que estos incorporen la cancelación de ruido, ya que reducen el ruido de fondo permitiendo escuchar los sonidos a volúmenes más bajos.
No permanecer demasiado tiempo en entornos ruidosos
Tan importante es controlar el volumen como el tiempo de exposición, pues en determinados lugares de trabajo o en sitios de entretenimiento es clave. En este sentido, se pueden hacer descansos breves alejándose de las fuentes de sonido, ya que ayuda a las células ciliadas a recuperarse de la fatiga causada por la exposición y así reducir el riesgo de pérdida auditiva.
Prestar atención a las señales de alerta de pérdida auditiva
No escuchar bien la televisión, no entender las conversaciones grupales, tener dificultades para atender una conferencia, etc.; pueden ser indicios de pérdida auditiva por lo que conviene acudir a un profesional especializado en audición para que pueda evaluar la capacidad auditiva y dar con la solución más adecuada para cada caso.
Revisar la audición de forma periódica
Es recomendable hacerse una revisión de la audición al menos una vez al año, sobre todo aquellas personas que se exponen a diario a ruidos fuertes por sus profesiones o que puedan ser más vulnerables a sufrir una pérdida auditiva.
Evitar la producción de ruido
Cada persona produce a diario gran cantidad de ruido de manera innecesaria. Ante todo, se debe respetar el silencio de los demás, por lo que es una labor de todos el contribuir a reducir el ruido causante de la contaminación acústica: reducir la velocidad del tráfico, emplear electrodomésticos silenciosos, limitar el ruido en las horas de descanso, hablar sin gritar, etc.